Mercabarna-flor prevé la venta de 4,2 millones de rosas por Sant Jordi
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en todo Cataluña, de los cuales esperan cubrir una tercera parte de la demanda.
Es una cantidad un 40% inferior a la vendida en 2019 (más de 7 millones de estas flores), pero superior a la del año pasado, cuando se vendieron tan solo 1,2 millones de rosas. Los floristas esperan recuperar parte de las pérdidas a causa de la pandemia, aunque «debido a limitaciones logísticas se prevé que no podrán absorber toda la demanda», ha explicado Mercabarna.
Con la planificación de la Diada girando en torno a la seguridad sanitaria, los mayoristas han puesto su atención en la venta on-line, donde se espera que haya un «incremento importante de ventas», así como en la tendencia al alza de que las empresas regalen rosas a sus trabajadores «para animarles en estos tiempos difíciles».
No quitan importancia a la venta en la calle, pero son conscientes que debido a las restricciones y al miedo al contagio el número de personas que compren las rosas en persona se reducirá notablemente. Por eso han celebrado las restricciones que la Generalitat anunció a finales de marzo a poner paradas en la calle: solo podrán hacerlo los profesionales de la flor, de forma que eliminan la competición de entidades y asociaciones que solían estar presentes.
Este año se calcula que el precio de las rosas este año incremente un 10% debido a una menor producción en Colombia y Ecuador, de donde provienen el 85% de las populares rosas rojas, a causa de las malas condiciones climáticas, y porque el transporte aéreo desde estos países se ha encarecido por el bajo tráfico por la pandemia. También influye la demanda de Estados Unidos, donde la campaña de San Valentín «fue un éxito» para los mayoristas, tal como afirma Mercabarna, y «se espera repetirlo» en la del Día de la Madre.