Una ventaja de un editor sobre el resto de los mortales es que, cuando se acercan al ocaso de su carrera profesional, lo hacen con la compañía de un puñado de autores agradecidos y dispuestos a homenajearlos. Es cierto que Jérôme Lindon no es precisamente un cualquiera. El suyo es un nombre necesario para entender la Francia literaria de la segunda mitad del siglo XX. Durante más de cincuenta años, hasta su muerte en 2001, lideró Les Éditions de Minuit, en cuyo catálogo inscribió nombres como los de Samuel Beckett o Claude Simon.
Era la de Lindon «una editorial demasiado seria, demasiado austera y rigurosa, quintaesencia de la virtud literaria», según Jean Echenoz, otro de los nombres fundamentales de Minuit... Ver Más