Es una historia muy norteamericana y así la tuvo en cuenta los premios Oscar cuando se decidió incluir a Minari, de Lee Isaac Chung, en la categoría de Mejor película a secas, a pesar de que está hablada casi por completo en coreano. Es una de las puertas que abrió Parasite, pero también rompe con lo predecible su historia: una narración semiautobiográfica de Chung sobre cómo su familia, procedente de Corea del Sur, se instaló en una granja de Arkansas y desde allí cuenta la experiencia migratoria, no solo de inserción sino también dando lugar a los problemas familiares, las tensiones, el desafío de quedarse en un lugar elegido. El domingo 25 compite en los Oscar; se estrenará en cines argentinos cuando lo permita la situación sanitaria.