Sainz ronda el podio con el Ferrari
Desde siempre, la lluvia altera la Fórmula 1 más que ningún otro elemento. Llueve en Ímola a intervalos, según decretan las nubes negras. Una parte del circuito está encharcada, la otra está casi limpia. Es el jeroglífico imposible para ingenieros y pilotos, elegir ruedas de lluvia extrema o intermedias. Los coches se salen en la vuelta de formación, se presume una tarde de tensión. Lo es. Verstappen gestiona de maravilla y apura al que parece el mejor coche, el Red Bull. Primera victoria del neerlandés en 2021, podio de McLaren con Norris, quinto puesto de Carlos Sainz, que ronda la pelea por el podio, y undécima posición para Alonso.
<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="en" dir="ltr">Your final classification from a crazy race around Imola!<a href="https://twitter.com/hashtag/ImolaGP?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#ImolaGP</a> <a href="https://twitter.com/hashtag/F1?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#F1</a> <a href="https://t.co/XBAYz0mlES">pic.twitter.com/XBAYz0mlES</a></p>— Formula 1 (@F1) <a href="https://twitter.com/F1/status/1383806687916675077?ref_src=twsrc%5Etfw">April 18, 2021</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>En la salida Max Verstappen empieza a ganar el GP. Parte como una centella, se merienda a Hamilton y a su compañero 'Checo' Pérez y pone pies en polvorosa, rápido en mojado y en seco.
La carrera es una sinfonía de salidas de pista, incertidumbre y nervios. El spray que deja el agua confunde. Sainz se coloca séptimo y Alonso no avanza, decimoséptimo. Llega pronto el primer coche de seguridad, accidente de Latifi, los Williams ya no son la cenicienta y van veloces.
Nadie ha probado esta temporada los coches en la lluvia, pero no difieren mucho de la pista seca. Los Red Bull vuelan, Mercedes ya no es el ogro dominante, el Ferrari es un coche sólido con velocidad y el Alpine no corre. El coche de Alonso y Ocon no progresa en la lluvia, y en la vuelta 19, solo 19, Verstappen dobla al asturiano.
El asfalto se seca y empieza el serial de los neumáticos medios, sin necesidad de cambiar hasta el final. Verstappen no afloja, la carrera es suya si no hay errores. La estadística consigna esta vez el primer fallo de Hamilton que se recuerda en años, el Mercedes se sale por la arena y el campeón pide disculpas a su equipo. Aún así, saca el coche y retrocede hasta la novena plaza.
En el ecuador de la carrera, impactan con violencia Bottas y Russell, con aparente culpa del británico al tratar de adelantar y pisar la zona húmeda con ruedas de seco. Se enzarzan con los coches destrozados, peineta del finlandés y despectivo gesto del inglés hacia su oponente. Hay bandera roja, la carrera empieza de nuevo, sin distancias, en salida lanzada, y con opciones para Sainz, que ya es quinto en el GP de resistencia. Alonso ha mejorado, duodécimo.
Los comisarios limitan el espectáculo al impedir una salida natural, detrás del semáforo y no del coche de seguridad. Verstappen está a punto de liarla al pisar la arena y Leclerc está dormido y no mete el cuchillo. Se relanza la prueba y el holandés se marcha, implacable, hacia la victoria.
Hamilton reemprende en novena posición y, cual tiburón, devora a sus oponentes. Es una máquina succionadora. Sainz se involucra en la pelea por el podio con Norris, Leclerc y Hamilton al resistir todas las embestidas y apurar la velocidad del Ferrari, que es un buen coche para soñar.
Las últimas vueltas son emocionantes porque Hamilton pasa a Sainz, también a Leclerc. Lando Norris exprime la potente prestación del McLaren, que vuelve a ser el que era. Hamilton suda para superar a su compatriota, pero al fin lo consigue. El campeón salva una carrera que parecía endemoniada, segundo detrás de Verstappen.