El despacho de Fernando Trueba es un caótico museo que solo encuentra lógica en su cabeza. Entre los cientos de libros y las docenas de imágenes en blanco y negro, Trueba es capaz de señalar sin girar la cabeza la ubicación exacta de viejas agendas, queridos libros o algunas de las fotografías de sus ídolos, de Georges Brassens al doctor Héctor Abad, la última incorporación a este panteón particular. Una pequeña imagen, casi una estampa, que colocó ahí tras el rodaje de ‘El olvido que seremos’, un ‘biopic’ que estrena este viernes basado en el libro homónimo del hijo del popular doctor, un «hombre bueno» que llenó de luz la Colombia que los ‘narcos’ trataron de ennegrecer.
Trueba regresa a...
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