Es el abstencionismo, estúpido
Nadie puede negar que las cosas le están saliendo a los naranjas. Veamos el escenario. Las encuestas colocan al partido del gobernador Enrique Alfaro y Dante Delgado en una horquilla de entre 5 y 8% (hasta el doble que la elección anterior). Es más que posible que se haga con la gubernatura del Estado más rico del país, Nuevo León. Y, en Jalisco, MC está logrando detener a Morena, encabeza Guadalajara y Zapopan, y difícilmente perderán la mayoría en el Congreso. Era altamente improbable un escenario tan promisorio cuando MC y PAN fueron incapaces de llegar a un acuerdo hace algunos meses.
La negativa del partido que gobierna Jalisco a aliarse con el PAN y el PRI comportaba riesgos. Uno, bastante claro, ser engullido por los dos polos de esta elección: Morena y sus satélites vs. La alianza Va por México. Dicen que en una guerra los primero que caen son los puentes. Otro riesgo es que la ciudadanía no percibiera que MC es un voto estratégico para detener a Morena. Sin embargo, al menos en sus bastiones, a MC no le está pasando factura la división.
Nos estamos adentrando en la fase definitiva de la campaña. Morena no está logrando los resultados que su dirigencia preveía. De acuerdo con El País, el partido del presidente ya perdió la mayoría absoluta. Necesitará aliados para controlar el Congreso. El colapso de la Línea 12 del Metro es uno de los golpes más duros que ha recibido Morena en todo el sexenio.
La alianza acusa a MC de ser esquirol de Morena. De estarle haciendo el juego a Morena a través de la fragmentación de la oposición. La acusación sería cierta sí y sólo sí, el electorado mexicano estuviera dividido en partes iguales entre morenistas y anti-morenistas. Es decir, que fuera un referéndum perfecto. Sin embargo, lo que dicen las encuestas no es eso. De acuerdo con El Financiero, el electorado mexicano es más plural. En México (30%) está ciegamente con el presidente y su partido. Otro tercio que no quiere saber nada de AMLO. Y una tercera pata que no le gusta como está el país, pero la alianza tripartita no le convence.
El problema para la oposición, hablando exclusivamente de la Cámara de Diputados, es menos la fragmentación y más la participación. Una votación inferior a 45% llevaría, casi con total garantía, al presidente a una mayoría cómoda. Si los partidos que se oponen a la autollamada “4T” logran que la votación supere el 50% podríamos ver un debilitamiento importante de la fuerza parlamentaria de López Obrador. El principio de Representación Proporcional provoca que se pierdan menos votos para el Congreso si lo comparamos con ayuntamientos o gubernaturas.
La pugna entre aliados y emecistas no ayuda a su causa. Si su objetivo es frenar a Morena, las declaraciones fuera de tono y las campañas negras de unos contra otros supone dispararse en el pie: desmovilizan al elector. Un alto abstencionismo es el camino más seguro de Morena para revalidar una mayoría absoluta. Es el abstencionismo, estúpido, parafraseando a Bill Clinton. Y entre más opciones tenga el elector más probable es que salga a votar.
Enrique Toussaint
@eftoussaint