La nueva piel tecnológica del sector cosmético
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Los farmacéuticos se apoyan en su conocimiento en piel y patologías para construir esos protocolos «pero también en tecnología de última generación». En las farmacias es común ver los dermoanalizadores, sofisticados dispositivos que «en pocos segundos analizan los parámetros fundamentales para un estudio cutáneo completo», señala Rosalía. Incorporan cámaras que muestran imágenes a color y doble luz polarizada que permite observar al detalle el relieve, las arrugas, los poros, imperfecciones, el cabello, las manchas solares, microcirculación , vascularización… «y permiten la recogida de los cornecitos de la piel y analizar el tipo de piel ante el que estamos», añade. Recuerda igualmente que «la innovación es uno de los pilares de la dermocosmética donde científicos, ingenieros y la tecnología están detrás de lanzamientos dirigidos a tratar diferentes afecciones de la piel, a cuidarla y embellecerla».
Las firmas de cosmética llevan tiempo trabajando en distintos avances utilizando desde la inteligencia artificial hasta la realidad aumentada. L’Oréal, por ejemplo, tiene como objetivo «ser una empresa de tecnología que fabrica belleza», según afirma Guillaume Sonolet, CMO de L´Oreal España. Cree que «el futuro de la belleza pasa, entre otros valores como la sostenibilidad o la digitalización, por la personalización y la privacidad. Queremos ofrecer una experiencia totalmente segura y personalizada a nuestros consumidores y los contenidos, servicios y atención al cliente son clave para recoger datos, más que nunca».
En 2012 lazaron la Incubadora de Belleza en donde se dedican a realizar desarrollos propios y acuerdos con otras compañías para satisfacer las necesidades de los consumidores a través de innovaciones disruptivas. «En 2018 incorporamos Modiface, que supuso la primera compra de una marca no cosmética. Modiface es líder en inteligencia artificial y realidad aumentada aplicada a la belleza», explica el CMO. «Desde entonces, hemos desarrollado diferentes tecnologías avanzadas de maquillaje virtual en 3D y servicios de diagnóstico de piel y coloración, utilizando conocimientos exclusivos que rastrean las características faciales y el color. Como Makeup Genius de L’Oréal Paris, Shade Finder de Lancôme o Skin Consult de Vichy», añade. Además, en 2019 presentaron Perso, un dispositivo capaz de ofrecer fórmulas personalizadas de barras de labios y bases de maquillaje.
También las startups están trayendo nuevas ideas y aplicaciones a este campo. Es el caso de Lesielle, la empresa española que el año pasado lanzó al mercado un dispositivo electrónico (Lesielle S) con el que el usuario crea su propio cosmético personalizado para cada momento. Rubén Rubiales, después de estudiar Farmacia y especializarse en Industria y Formulación puso en marcha este proyecto junto a su socio, Alberto Portillo, ingeniero aeronáutico. «Surgió por necesidad personal. Me gusta mucho la formulación y encontrar un tratamiento a medida era difícil además de tener un coste muy alto», cuenta Rubiales.
Crema única
Tras cuatro años trabajando en el proyecto, el innovador dispositivo permite crear la crema perfecta al momento. El usuario puede introducir una recarga base, según su tipo de piel, y hasta cuatro activos, entre ellos retinol o ácido hialurónico. «El dispositivo crea una monodosis. El compuesto va por separado y se pueden combinar como quieras. Es el futuro de la industria. La piel es inminentemente personalizada pero no se había hecho antes porque faltaba la tecnología», apunta el joven andaluz.
Otro ejemplo de unión de tecnología y belleza es Neutrogena MaskiD, una máscara de hoja impresa en 3D que funciona con los datos del usuario. Fue lanzada hace un par de años por Johnson & Johnson, la primera empresa en utilizar tecnologías de bioimpresión para producir un producto de consumo disponible comercialmente. Más reciente es el proyecto de Procter and Gamble (P&G), una impresora portátil que busca manchas oscuras en la piel y deposita pequeñas gotas de suero facial con pigmento para tratarlos o cubrirlos.