Uno de los efectos positivos que la covid-19 ha tenido sobre las grandes ciudades es la reducción de los efectos contaminantes, sobre todo en lo que respecta a los vehículos. Con miles de personas encerradas obligada o voluntariamente en sus casas, el descenso del número de coches en carretera se ha hecho más que notable. Sin embargo, el avance de las vacunas, los cada vez menores casos, el fin del estado de alarma y la relajación social han provocado que las cuatro ruedas vuelvan a las calles, con Madrid como el gran ejemplo de este efecto.