Madres tóxicas, también las hay
Ya hemos hablado de las familias tóxicas, porque sí, en todas partes existen. Ahora nos enfocaremos en las madres tóxicas, que son aquellas que en lugar de fomentar la madurez personal de los hijos, evitan que estos se sientan independientes de manera física y emocional. Por desgracia, el rol de mamá siempre tiene más peso en todo lo relacionado con los hijos. Con ella se establece un vínculo de afecto y cuidado, pues es con quien tiene más contacto el bebé desde que está en el vientre.
Cómo saber cuando mamá es tóxica
Si hablamos de amor, hay que dejar en claro que éste tiene dos caras. Una cara muestra el apoyo que se le da a una persona para su crecimiento personal. La otra cara es tóxica, egoísta, interesada y asfixiante que termina siendo destructivo.
Señales de madre tóxica:
- Personalidad insegura. Tras ella se esconde falta de autoestima y autosuficiencia. Ve a los hijos como su salvación para cubrir sus carencias. Saber que deja de ser necesaria para sus hijos le produce ansiedad, porque teme quedarse sola.
- Siempre quiere tener el control. Quiere controlar su vida y la de sus hijos. Piensa que con eso, está demostrando su amor, pero sólo es un acto de sobreprotección. Eso evita que los hijos se vuelvan autónomos, valientes, capaces y por ende no aprenden de sus errores.
- Quiere cumplir sus deseos en otros. No pregunta si los hijos desean algo, ella lo impone porque piensa que es lo mejor para ellos.
Cómo enfrentarla
- Debes reconocer las heridas que tienes y trabajar en ellas para mejorar tu autoestima y tu vida.
- Aprende a decir NO.
- Marca límites con todas las personas, incluida tu familia y sí, también tu mamá.
- No seas grosero, se trata de ser honesto sin herir a nadie.
Si trabajas en ti, todo a tu alrededor mejorará para ti.
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