Francia ha impuesto sin queja la combinación de vacunas mientras lucha contra la desconfianza hacia AstraZeneca
Durante seis semanas, más de 532.000 franceses menores de 55 años recibieron una primera inyección de AstraZeneca antes de que Francia suspendiera temporalmente la vacunación con este fármaco y después prohibiera su administración a esta franja de edad por el riesgo muy pequeño de casos muy infrecuentes trombosis. En este grupo de medio millón de personas figuran, principalmente, adultos con patologías de riesgo y profesionales expuestos al virus: médicos, sanitarios, bomberos y personas de 50 a 54 años vulnerables que, desde el 6 de febrero y hasta el 15 de marzo, se vacunaron con la vacuna de Oxford.
Finalmente, el 9 de abril, la principal autoridad sanitaria del país, la Alta Autoridad Sanitaria (HAS, por sus siglas en francés), publicó un comunicado en el que recomendaba inmunizar a este medio millón de franceses con una segunda dosis de Pfizer o Moderna y el intervalo entre ambas dosis se fijó en 12 semanas. Una sugerencia que el Gobierno francés ha integrado en su estrategia de vacunación desde el momento en el que la HAS difundió este aviso.
Olivier Véran, ministro de Sanidad y neurólogo de profesión, fue el primer miembro del Gobierno en vacunarse contra el coronavirus. Recibió su primera dosis de AstraZeneca el 8 de febrero, a sus 41 años. Tres meses después, para su segunda dosis, optó por vacunarse con Moderna "tal y como lo indica la Alta Autoridad de Sanidad", según recordaron sus asesores.
Con la llegada de la vacuna Janssen, que utiliza la misma tecnología de vector viral que AstraZeneca, la HAS volvió a reevaluar la posibilidad de ampliar la administración de estos dos fármacos a segmentos más jóvenes de la población. El 12 de mayo, este órgano se mantuvo firme en su decisión de restringir el uso de la vacuna AstraZeneca a personas mayores de 55 años y optó por aplicar "las mismas restricciones a la vacuna Janssen".
"Mayoritariamente, la consigna de combinar dos tipos de inyecciones distintas se está respetando", detalla Laetitia Buffet, quien lidera el Grupo de Trabajo Interministerial sobre Vacunas del Ministerio de Sanidad. "Esto no quiere decir que no existan reticencias a la hora de mezclar, evidentemente. Pero sin embargo, mayoritariamente, se respeta".
Según especifica el Ministerio de Sanidad, en Francia no existe una demanda creciente entre los menores de 55 para vacunarse de nuevo con AstraZeneca. "Si esta voluntad se diera, responderemos negativamente a ella", apunta Buffet, recordando que la advertencia de la HAS implica no inocular la vacuna de Oxford a este grupo de adultos.
Eric Billy, investigador en inmuno-oncología en Estrasburgo y miembro del colectivo Du Côté de la Science ("Del Lado de la Ciencia" en francés) explica a elDiario.es que aquellos que se vacunaron con una primera dosis de AstraZeneca están "más bien contentos" de recibir una vacuna de tipo ARN. "Es más, nos encontramos con gente de más de 55 años que les toca recibir una segunda dosis de AstraZeneca y que abiertamente piden Pfizer o Moderna", explica.
Según Thierry Amouroux, portavoz del Sindicato de Enfermeros (SNPI), para los profesionales sanitarios se trata de una cuestión de eficacia contra los variantes. "Estamos muy satisfechos de poder optar a vacunas de tipo ARN en vez de AstraZeneca, como ocurrió durante los primeros meses de campaña".
Amouroux asegura que las vacunas de tipo ARN mensajero protegen en un 94% ante la variante detectada en Reino Unido (ahora denominada alfa), mientras que AstraZeneca un 74%. Los datos son de un estudio de Reino Unido, que, en realidad, sostiene que tras las dos dosis ambas vacunas ofrecen una protección parecida, si bien la de AstraZeneca puede necesitar más semanas para ofrecer una inmunidad más completa.
No hay estudios comparables sobre eficacia frente a las variantes detectadas en primer lugar en Sudáfrica e India (denominadas ahora beta y delta), pero algunos estudios indican que las vacunas de ARN mensajero son más eficaces contra las variantes y que podría ser el caso de la combinación de vacunas, si bien aún no hay datos suficientes.
Desde hace semanas, en Francia se observa cómo la vacuna de AstraZeneca se administra cada vez menos. "Si analizamos la proporción de dosis administradas sobre el total de dosis recibidas en una media de los últimos siete días, Francia se sitúa muy por detrás de sus vecinos europeos", apunta Laetitia Buffet.
Mientras España, Italia o Alemania han inyectado alrededor del 80% de dosis de AstraZeneca, Francia ha administrado un 62% de las dosis recibidas. "Evidentemente, hay una diferencia importante", reconoce el Ministerio de Sanidad francés. Si Francia ha recibido unos ocho millones de dosis desde el inicio de la campaña, 3,2 millones continúan en la nevera.
El Gobierno francés continúa los esfuerzos para luchar contra la impopularidad de AstraZeneca. "Tenéis 50 veces más probabilidades de contraer una trombosis venosa en un vuelo transatlántico que recibiendo una vacuna de AstraZeneca", recordó Olivier Véran en un par de ocasiones. "Las vacunas nos protegen de la COVID-19. ¡Superemos la desconfianza!"