'El gran camino', una película española que ha logrado más de 20 premios internacionales en 2021
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«Es totalmente inesperado», asegura su codirector, coguionista y coprotagonista, aunque un poco menos que su pareja creativa y vital. «Lo habíamos concebido como muy apropiado para las plataformas, muy televisivo, pero lo de los festivales lo decidimos en el último momento, cuando fichamos por la distribuidora y nos dijeron que podía funcionar. A los 15 días empezamos a recibir selecciones, luego llegaron los primeros premios... Acabamos de llegar de Turquía de recoger uno. Estamos alucinados», confiesa.
Alba y Raúl, en Santiago de Compostela -
«Creo que gusta porque llevamos dos años pasándolo regular, encerrados, y la gente tiene ganas de ver cosas que sacien el gusanillo de caminar, conectar con el mundo y sentirnos libres», añade Raúl García. Alba Prol cree que este trabajo los ha cambiado para bien. «Cada vez que acometes algo grande y propio, te mejora. El audiovisual es un trabajo muy duro y a veces haces proyectos que no te gustan tanto. Este es el de mis sueños. Aúna mis dos pasiones, que es hacer documentales y viajar, y encima con mi pareja. Claro que me ha cambiado, me ha realizado. Y en los caminos te evades de tu vida. Estás inmerso en la naturaleza, en otro mundo. Te limpia y purifica».
«La pandemia ya nos cambió a todos» aporta su compañero. «Me tocó mucho la declaración de una chica que habla precisamente de eso. Nunca sabes lo que te va a deparar la vida, aunque tengas miles de proyectos en la cabeza. Nosotros soñábamos con esto y no pensábamos que nadie lo pudiese parar. Pero lo hizo. Te das cuenta de que hay que vivir el presente, ahora más que nunca».
Cuatro rutas... y las que vendrán
'El gran camino' son en realidad cuatro, el Kumano Kodo de Japón, el recorrido inca hasta Machu Picchu, en Perú, el sendero Pacific Crest Trail en Estados Unidos y, como etapa imprescindible para unos creadores gallegos, el camino de Santiago, que culmina en su ciudad. Ya saben que habrá más destinos y que tras su exhibición cinematográfica la película se podrá ver en forma de serie, lo que facilitará su distribución mundial. Ya tienen grabado un capítulo más, en la ruta Licia en Turquía, y Alba Prol sueña con poder grabar también en Finlandia y Madagascar.
'El gran camino' -
Ir a pie no significa que el trayecto sea sencillo. «En Perú no teníamos posibilidad de apoyo logístico y yo venía de una lesión de tobillo», cuenta Alba. «No puede andar durante casi dos meses y nos metimos en la selva cinco días, por unos lugares donde no hay cobertura y ni siquiera un helicóptero puede llegar. Si algo fallaba, la única ayuda era una mula. Daba bastante miedo, pero siempre quise ir a Machu Picchu».
Osos y otros peligros
En California los temores eran aún mayores. «Había zonas en las que estabas incomunicada, en especial en los parques nacionales de Yosemite y de las Secuoyas, donde había muchísimos osos. Hay carteles de alerta por todas partes. No puedes dejar comida ni nada que huela, ni siquiera en el coche, porque arrancan las puertas. Dicen que no atacan, pero tenía mucho miedo porque duermes en el monte», relata la documentalista, que en televisión también ha trabajado a ambos lados de las cámaras, en 'realities', magacines e informativos.
Raúl explica que, de todos modos, no pasaron por ningún momento de dificultad extrema, salvo el mal de altura en Perú, aunque muchas de las personas que entrevistaron sí las vivieron. Por otro lado, la logística era otro problema permanente. «Hemos perdido cosas y otras se estropean, pero llevábamos mucho equipo, más del normal, siempre con una cámara de repuesto y más baterías que en toda nuestra vida». Se trataba de administrar bien el material y de cuidar a los 12 miembros de la expedición, que podían llegar a 30 contando las contrataciones en los distintos países.
El Machu PIcchu es una de las rutas que se ven en 'El gran camino' -
Entre las personas que se encontraron, destaca el caso de un productor de Hollywood que vivía retirado en Hiker Town, un lugar increíble que parecía un decorado de película. «Estuvimos tentados de quedarnos allí y hacer el documental solo de aquel lugar», admite Raúl. «Estuvimos tres días y aquello era como un universo paralelo. El productor nos enseñaba fotos con políticos y actores. Entre ellos estaba Donald Trump y nos ofreció ir a tomar algo con él. No sabíamos si nos estaba vacilando. También nos dijo que podíamos ir a su casa de Los Ángeles, al lado de una de las de Trump». No fueron, pero estuvieron a punto.
Seguramente se habría roto la espiritualidad de la aventura. «Somos de Santiago de Compostela y queríamos volver aquí y ver qué aprendíamos en el proceso. Es muy difícil elegir solo tres caminos. Teníamos muy claro que queríamos hacer uno relacionado con la naturaleza, otro con la cultura y otro espiritual. El de Santiago tiene un poco de las tres cosas», detalla Raúl García.
En Japón se encontraban a muchos ancianos. A algunos les preguntaban por qué caminan, cuenta el director. «Para prepararme para la vida, nos dijo uno. Al principio no entendíamos. Incluso para las personas que no creen, el hecho de caminar te hace pensar y conectar con la naturaleza y contigo mismo». Con uno mismo o con los dos: «Somos pareja y también nos hemos descubierto, aunque llevamos mucho juntos y nos casamos hace dos años, en situaciones que no habíamos vivido nunca. Ha sido un esfuerzo físico importante, días y días alejados de todos. Nos hemos descubierto a veces discutiendo y arreglándonos muy pronto porque nos queremos mucho. Siendo más uno aunque somos dos».