Un Mundial de Copas y una Copa del Mundo
Los octavos de la Eurocopa, ya definidos, y los cuartos de la Copa América, por definir, incluirán a Gales, Dinamarca, Holanda, República Checa, Croacia, España, Inglaterra, Alemania, Italia, Austria, Bélgica, Portugal, Francia, Suiza, Suecia, Ucrania, Argentina, Chile, Brasil y Colombia; faltando cuatro equipos por clasificar que con mucha probabilidad serán: Paraguay, Perú, Uruguay y Ecuador. De estas 24 selecciones, 13, sobre 16, jugaron los octavos de final del último Mundial. Es decir, el gran futbol del verano 2021 se ha quedado sin Japón, Rusia, clasificada entonces, pero eliminada de la Euro hoy, y México; que ya no juega Copa América.
Todos los años alguien propone, sugiere o imagina, que el Mundial de futbol podría, o debería, jugarse cada dos años en lugar de cada cuatro. La propuesta nunca ha sido tomada en serio, entre otras cosas, porque una correcta calendarización y organización de los principales y más prestigiosos torneos continentales, Eurocopa y Copa América, ofrecen lo que estamos comprobando ahora: estas grandes copas de selecciones nacionales son el Mundial cada dos años con el que sueñan muchos.
Al jugarse un campeonato continental europeo con 20 selecciones que acceden a ella mediante una competitiva eliminatoria, la importante reflexión que ofrece la comparación es la urgente inclusión de los equipos del bloque norteamericano, centroamericano y caribeño, en un auténtico campeonato panamericano en todas sus fases. Faltaría organizar bajo este modelo al bloque africano, que jugará su Copa de Naciones en enero del 2022 en Camerún, y al bloque asiático, que jugará la suya en China, pero hasta el verano de 2023. Si existe la voluntad en FIFA de quitar peso al calendario, para dárselo a los torneos continentales, tendría un Mundial de Copas convertido en clasificatorio para la gran Copa del Mundo, y ahí tiene el Mundial cada dos años que busca.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo