Ejemplos para otros atletas de la comunidad
En mayo de 2013 la revista Sports Illustrated dio a conocer la historia de Jason Collins. Bajo el encabezado “El Atleta Gay” y su rostro en primer plano, el ahora ex jugador de la NBA se convertía en el primer atleta profesional en activo en las principales Ligas de Estados Unidos en dar a conocer su verdad.
Tenía 34 años. La conversación inició, se rompió una de las últimas barreras en el plano deportivo, pero el tabú no desapareció del todo en las Ligas varoniles. Antes en 1975, Dave Kopay fue el primero en revelar su orientación sexual, aunque lo hizo tras retirarse de la NFL. No pensó que pasarían otros 40 años para esta clase de apertura social. Pero el reciente anuncio de Carl Nassib de los Raiders, el primer jugador en activo dentro de la Liga en dar el paso, genera contento, sobre todo tras ver la respuesta de seguidores, compañeros y la propia NFL. Como el jugador de 28 años dijo, muchos esperamos que en un pronto futuro este acto de “salir del clóset” ya no sea necesario. La orientación sexual de la gente no debería ser noticia, aunque hoy por hoy aquellos “primeros” todavía pueden representar parteaguas.
Son un ejemplo para su propia comunidad y para aquellos jóvenes atletas con metas más allá de su identidad. Laurel Hubbard pasará a la historia como la primera atleta transgénero en unos Juegos Olímpicos. La levantadora de pesas de 43 años hizo su transición a los 35 y ha cumplido con todos los lineamientos del Comité Olímpico Internacional sobre atletas trans y competición justa, aunque su caso, como en muchas otras instancias deportivas genera debate y polémica sobre todo de colegas de halterofilia de otras naciones.
Carl y Laurel, como otros atletas de la comunidad que han decidido dar a conocer esta parte de sus vidas, son activistas. Sus mensajes y su valentía en medio de sus trayectorias son el cambio requerido en pro de una evolución social. Es deber de todos cultivar una cultura de aceptación y aniquilar la discriminación, el racismo y la desigualdad. Aunque aún queda un largo camino por recorrer, es innegable el avance que ha logrado el movimiento por el orgullo gay en el último par de décadas. Uno inclusivo que hace posible que cada vez sea más cómodo para todos hablar del tema hasta el punto de tener hoy en día a estos atletas aprovechando su plataforma. Por supuesto hay deportes en los que el entorno todavía no es cómodo para muchos. Tal es el caso del futbol, que cuenta con historias trágicas en este aspecto. La pregunta es si podremos ver una tendencia amigable para aquellos que decidan a partir de ahora revelar ese aspecto personal en el deporte.
Jimena Rodríguez