Inés, la mejor nota de Selectividad en Sevilla: «Me veo en una empresa internacional en un país asiático»
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Una estudiante modélica desde niña que no sólo destacaba en las asignaturas del Bachillerato Tecnológico que ha terminado con matrícula de honor, sino también en el resto. La Lengua o la Historia también se le daban estupendamente. Pero obviamente su asignatura favorita son las Matemáticas.
Y es que, pese a que Inés ha sacado un 13,975 en las pruebas de acceso y admisión a la universidad, a sus 17 años (no alcanzará la mayoría de edad hasta septiembre) desde su colegio la definen como una chica «sencilla y discreta» que siempre estaba deseando ayudar a sus compañeros de clase aunque no le gustara demasiado hacerse notar. Ni siquiera le había dicho a sus padres la carrera que quiere estudiar porque prefería esperar a saber que había alcanzado la nota.
Ahora, después de ver las calificaciones, Inés, hija del director de telecomunicaciones de una empresa y una ama de casa y la menor de tres hermanas, está eufórica. Ya ha pasado un día desde que recibiera las calificaciones y ha tenido tiempo de reflexionar.
«No esperaba una nota tan alta. Estoy super contenta porque iba a por todas y estoy super orgullosa», relata emocionada. Quiere estudiar Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la Universidad Politécnica de Madrid, una titulación para la que le sobra nota, puesto que el pasado año la nota de corte estaba en torno al 12,7.
Vivir en una gran ciudad
¿Por qué a Madrid para una titulación que se estudia en Sevilla? porque, según dice, le encanta Madrid y quiere vivir «en una ciudad grande». Su afán por ver mundo le hace pensar en marcharse también a hacer algún curso al extranjero y trabajar también fuera.
De hecho Inés ya tiene planes de futuro. Y cuando se le pregunta cómo se ve dentro de diez años, lo tiene muy claro: «Me veo trabajando en una empresa internacional en algún país asiático», dice explicando que le gustaría tener un trabajo que también le permitiera disfrutar de su gran pasión, viajar. Y también planea estudiar japonés.
Inés, que es también una gran aficionada al dibujo y la lectura, no tiene complejos de género. Sabe que son menos las chicas que eligen las ingenierías pero le quita importancia. «Es verdad que somos menos chicas pero será que tienen otras vocaciones. Yo creo que cada uno debe estudiar lo que le apasione y no creo que sea una cuestión de género», aclara.
Inés ha logrado la nota más alta llevando el trabajo al día pero compatiblizándolo con otras actividades. «Tampoco es que me haya quedado todo el día estudiando», dice. Lo que sí tenía claro es que había que estar motivada. Y su motivación era aprovechar estos años de estudio para tener un buen futuro. Con estas notas seguro que lo consigue.