La España inacabada
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Hay una España inacabada como hay una España invertebrada. Es una España que parece diseñada por Calatrava y hoy se cae a trozos porque quedó abandonada por un futuro que le pasó de largo, justo al lado. Una España faraónica de cuando España tuvo millones y que ahora tiene goteras. Hablo de cuando el futuro era un frontón en cada pueblo y la alta velocidad nos iba a salvar a todos, pero ahí quedó el AVE a Asturias con sus dos túneles a estrenar.
Hay una España inacabada, con kilómetros de autovía que no van a ninguna parte, como hay un españolito por terminar. Un tipo autonómico que se siente muchas cosas, pero no español. Las autonomías fueron un invento de esos a los que el futuro también les pasó de largo y poco a poco van naufragando en un nacionalismo de provincias porque nadie les explicó que las comunidades eran un invento administrativo y no una patria por la que morir o matar.
Hay una España vacía y una España a medio hacer, como hecha sin ganas, por las prisas que da tener tanto dinero que no se sabe bien en qué gastar. Aquel país ya europeo que iba a reconvertir su pasado negrísimo del carbón y los pueblos de las cuencas mineras en polos turísticos verdes, pero el futuro se quedó en un BMW que a los diez años da guerra. La España de las autonomías era el futuro prometido pero ahí está, inacabada, porque a nadie se le ocurrió explicar que era un invento que se basaba en la solidaridad y no únicamente en la solidaridad del resto con Cataluña -que ha sido el modelo hasta la fecha-. Nadie les explicó que los viejos de Castilla y León no valen menos que los catalanes, ni los niños andaluces que los vascos porque el Gobierno prefiera dar más recursos, una y otra vez, a los nacionalistas para comprarles los votos y que ellos vayan haciendo su futuro a costa del de los demás.
Hay una España inacabada, mal fraguada de cuando el pelotazo autonómico, que cualquier día se nos va a desmoronar.