El 2 de agosto se cumplirán cien años de la muerte de Enrico Caruso, el tenor de ópera más popular del siglo XX. El 11 de abril de 1902, en el Gran Hotel de Milán, realizó la primera grabación de la historia: diez canciones en dos horas. Cantó también la ‘Mattinata’ de Leoncavallo: la primera escrita para grabarse. Su versión de ‘Vesti la giubba’, de ‘Pagliacci’, fue la primera en vender un millón de ejemplares. Le llamaron «el creador del gramófono».
Su fama está unida al Met (más de 800 actuaciones), a Toscanini. En la época de Al Capone, se convirtió en el prototipo del emigrante italiano en los Estados Unidos: un napolitano sonriente, comilón, mujeriego, buen negociante. Se bañaba...
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