El pasado mes de febrero, y tras seis meses de andadura y tramitaciones previas, se inscribe en el registro de Fundaciones, la Fundación Vela Clásica de España, bajo la presidencia de Valle de la Riva y con Javier Gorbeña y Petete Rubio como vicepresidentes y Jose Luis Villar como Vocal, con domicilio social en el puerto deportivo Puerto Sherry en el Puerto de Santa Maria.
En la Fundación Vela Clásica de España, caben también armadores y entusiastas de los Barcos de Época y Clásicos, auténticas joyas del patrimonio náutico español.
Siendo su objetivo primordial la promoción y fomento de la vela clásica en España, ayudando a la conservación y mantenimiento de estos barcos.
Hasta aquí bien, se podría decir que es un argumento y punto de partida muy repetido en todas y cada una de las Fundaciones que existen a lo largo y ancho del territorio español con diversidad de fines y objetivos.
En este artículo vamos a dar a conocer todas y cada una de los diversos aspectos y cometidos de esta Fundación, que indudablemente la hacen diferente desde sus inicios.
La fundación cuenta en estos momentos con una directora a tiempo completo, que gestiona y organiza tanto el día a día como de la planificación y funcionamiento del medio y largo plazo.
La FVCE, se diferencia de otras en su modelo de financiación ya que la misma se consigue por tres vías distintas. Una primera que consiste en las donaciones que recibe de armadores y otros estamentos, tanto públicos como privados.
La segunda viene por los resultados de la cuenta de explotación de la Ginebra Gipsy, que destina una parte de sus beneficios a la Fundación y que desde hace 3 años está implantada en el sector, de consumo, hotelero y de restauración. Quizás esta es la novedad más importante o al menos la más curiosa en el apartado de financiación que le otorga un rol especial y personal.
La tercera vía, viene de la explotación del varadero que tienen instalado en Puerto Sherry, donde un personal altamente cualificado presta sus servicios a los barcos clásicos que lo elijan para sus reparaciones, refit e invernadas.
La elección de Puerto Sherry, tiene sus razones lógicas y técnicas. Por un lado la situación del puerto deportivo portuense situado en un enclave privilegiado a caballo entre el Atlántico y el Mediterráneo, le otorga el rol de “puerto de paso” y de “recalada” para el tráfico del Atlántico al Mediterráneo, cuando el levante sopla con intensidad en el Estrecho. Y la parte técnica viene avalada por el enorme espacio natural de su varadero que permite instalar una base específica para la Fundación y a la vez poder contar con los servicios propios del varadero tanto para varada como para botadura de sus barcos.
Según nos comentaban algunos de sus promotores en la visita realizada por este periódico a sus instalaciones, “este tipo de barco, en referencia a los clásicos en estos momentos tienen una tendencia a desaparecer y la Fundación se ha convertido en una especie de Orfanato para algunos de estos barcos, a los que algunos de sus armadores por causas diversas no pueden atender o mantener”.
Los armadores pueden acceder a los servicios que presta la FVCE de dos formas distintas de donaciones de sus embarcaciones, una digamos como “parcial” y otra “total”. En el primer caso el armador dona su barco parcialmente y la FVCE lo que hace es repararlo y/o ponerlo a punto y se garantiza un periodo mínimo de uso y disfrute del barco siendo el propietario el que lo mantiene tras finalizar ese periodo o lo pone a la venta. La segunda opción es cuando el armador lo dona de manera definitiva a la FVCE, para lo cual el armador firma un contrato con la Fundación, que lo repara y lo pone a navegar, ya sea como escuela de vela, regatas o chárter.
En estos momentos la FVCE tiene donados al 100% dos embarcaciones, el “Livia” un Herresfor de 42 pies, aparejado en Yawl que viene desde Pollensa y de los pocos barcos de este tipo que cuenta con orza abatible y esperan tenerlo operativo en el 2022. “Laro” un clásico de 6.5 metros de eslora del tipo Norse Boat, con aparejo de Cangreja y uso como escuela de vela.
Y parcialmente donados para uso y disfrute de la FVCE, ésta cuenta con una importante flota compuesta como buque insignia por el ya mítico “Gipsy”, un ketch cangreja, diseñado por Colín Archer y construido en 1927 en los gaditanos astilleros de Echevarrieta y Larriñaga con retales sobrantes de la construcción de nuestro buque escuela Juan Sebastián de Elcano, con un apasionante cuaderno de bitácora en sus 94 años de singladuras. Precisamente la marca de ginebra lanzada al mercado en el 2019 toma su nombre de este mítico barco.
El motor clásico también tiene su lugar en la FVCE, ya que cedida temporalmente cuentan con el “Tuchi” una canoa de la mítica marca norteamericana Cris-Craft de 1957.
El Sparkman&Stephens “Folia”, un yawl de 1951, está siendo reparado y poniéndose a punto ya que es intención de la Fundación navegar con él, en la próxima Copa del Rey de Clásicos de Mahón.
La última unidad que dispone la FVCE es el “Lsoba” un 6 metros de 1900 aproximadamente, que tiene un largo proceso de restauración completa ya que se encontraba en muy mal estado.
Pero en el varadero no sólo acoge a unidades de la Fundación, sino que otras embarcaciones lo han elegido para realizar las mismas reparaciones de sus barcos, como el maxi “Mephisto” entre otras unidades. Y otras como base de entrenamientos y operaciones.
La enseñanza y la formación empresarial de sus alumnos es otra de las inquietudes en la que la FVCE está trabajando. En estos momentos la Fundación tiene una cuerdo con las Escuelas Profesionales Pablo Ruiz Picasso, de Chiclana de la Frontera, para formación de sus alumnos en carpintería de ribera y motor, que irán ampliando con otras escuelas de similares características a lo largo de las poblaciones del entorno de la bahía gaditana, en las especialidades de velas, mástiles y jarcias.
Aparte de las asignaturas referidas, los alumnos reciben enseñanza empresarial para al final del curso poder constituirse bien como autónomos o bien como empresa y cooperativas, para poder desarrollar profesionalmente sus aprendizajes, a la vez que cuentan con el varadero de la Fundación como experiencia piloto en sus actividades.
Las actividades sociales con personas con distintos grados de discapacidad también tienen su cabida dentro de la FVCE, en estos momentos están a punto de cerrar un acuerdo con AFANAS de El Puerto de Santa Maria, para acercarlos al mar y a este tipo de barcos, comenzando con esta actividad el próximo septiembre. También mantienen un acuerdo con Asociación Astu de Cartagena a través de Prolam para una escuela taller de restauración de bronces marinos, piezas imprescindibles en la vela clásica.
La Fundación Olivare de Málaga, que atiende a niños con cáncer, es otra de las asociaciones con las que la FVCE mantiene acuerdo.
Talleres varios también están en su portafolio de enseñanza, siempre con el objetivo de acercar la vela clásica a toda la sociedad y especialmente al segmento aficionado para tratar de recuperar con ellos los valores tradicionales de la navegación. El primer taller fue uno de navegación con sextante que fue un completo éxito agotándose el número de plazas casi de inmediato. El segundo taller una vez que finalice la temporada estival será la navegación con vela cangreja y esperan ir poco a poco desarrollando esta actividad que inicialmente ha sido muy demandada.
El apartado deportivo también ocupan su espacio en el organigrama de actividades de la Fundación, con el patrocinio de regatas como la Copa del Rey de Vela de Palma y la Copa del Rey de Clásicos en Mahón, El Trofeo Illes Balears, la Semana Clásica de Puerto Sherry, las regatas Colombinas de Punta Umbría y la regata Gipsy de la Bahía de Cádiz. Para fomentar la cantera y crear una cantera de buenos tripulantes que serán los que en el futuro tripulen estos barcos, patrocina a los hermanos Carlos y Fernando Flethes, cuartos en el mundial de 420 recién celebrado.
