Halloween 2021: Las colas de clientes por fin regresan a las tiendas de disfraces en Sevilla

Ana Gálvez, de Martín Flores S. L., establecimiento situado en el número 74 de la calle Pureza, reconoce que «tras la pandemia todo esto ha sido maravilloso. Necesitábamos que la gente volviera a disfrutar de la fiesta. Para todos los sectores. Todos al final comemos si todos los sectores funcionan, y si no funcionan no comemos ninguno». Han vuelto las colas a las tiendas de disfraces, «en lo que es la ciudad, solo quedamos dos tiendas y las mayores colas de clientes se forman a las 19.30 horas. Este año todo el mundo paga con tarjeta, es lo que más me ha llamado la atención. Estamos en el día a día y ya nos hemos adaptado a que no hay que pagar por dinero. La cola la controlamos directamente, no hay números y hasta que no salga uno no entra otro», subraya. Los disfraces no tienen devolución debido «a que es disfraz, no es tela, si te lo pones una vez ya la próxima vez se nota, y las cosas tienen que estar en condiciones. Este año, además, más que los dos anteriores, para los colegios cristianos hemos tenido mucha demanda de santos también», dice. «Este año se venden también más disfraces individuales que para grupos. El grupo de momento este año no se ha visto. Este año es infantil, porque los niños son los que lo están pidiendo, frente a los adultos que eran los únicos que podían organizar fiestas hace un año». De complementos lo que más se venden son las diademas de las catrinas. Hay productos desde 0.50 hasta 22 euros, porque lo que pretendemos aquí es que sea fiesta económica. Afortunadamente nos compran desde toda España a través de la web, y no solo desde Triana, si no esto no funcionaría. «Este año abrimos con otra cara» Diego Pichardo, de Disfraces Pichardo (c/ Daóiz 3) se expresa de la misma manera: «Este año abrimos con otra cara. Se ha abierto ya por fin un poquito esto y nos ha desbordado a todos. No esperábamos que fuéramos a abrir tan pronto, ni siquiera los mismos fabricantes, que tampoco han producido lo suficiente, lo que provoca problemas de estocaje, aunque nos estamos defendiendo como podemos y vamos bien, menos mal. Ya era hora» «La peor hora para venir a comprar es por la tarde. Desde que abrimos ayer a las 17.15 horas no paró de entrar clientes, con colas en la puerta. Por las mañanas, de 12.30 a 14 horas también hay mucha gente. También se siguen adquiriendo disfraces de santos, frailes, muchas túnicas, barbas, pelucas para el día 1 de noviembre, sobre todo para celebraciones en los colegios». «Con la pandemia, este año y medio tan duro de no poder vender, de no haber actividades festivas ninguna, ha sido un palo brutal para quienes nos dedicamos exclusivamente a esto. La competencia a nosotros no nos afecta, porque ya llevamos 70 años, fuimos los pioneros en disfraces, tenemos ya un nombre hecho y la gente acude a Pichardo». Volver a disfrazarse Juan llega a la tienda para comprar un disfraz para acompañar a su hija, que es la que realmente se disfraza. «Me voy a disfrazar de enterrador de la muerte y hemos encontrado el disfraz en la primera tienda a la que venimos», dice. «Vengo para comprar dos disfraces de brujas para mis dos hijas pequeñas para una fiesta en el colegio y para la urbanización nuestra. Es la primera tienda a la que he venido y parece que tienen varios disfraces bonitos. Se celebra más en fiestas infantiles, porque en mi casa no se celebra mucho esta fiesta», señala Ignacio. Raúl viene porque es la tienda más tradicional de disfraces que conoce por el Centro, y viene «por mis hijos, que se van a disfrazar de diablo y de vampiresa gótica y los acabamos de comprar nuevos este año, que parece que hay más oferta y demanda. Es para una fiesta en un parque público, y después iremos a una casa de la familia donde después siempre nos reunimos para tomar galletas, pasteles y chucherías». Mariano viene buscando una careta de esqueleto para una fiesta de amigos «que llevamos varios años celebrando Halloween», añade.