Ibon Martín: «Los que tenemos un mínimo altavoz debemos dar la cara contra la violencia machista»

El club de lectura 'Las Casas Ahorcadas' de Cuenca invita este viernes a un viaje con todos los gastos pagados a Euskadi con la última novela negra del escritor vasco Ibón Martín (Donostia, 1976), 'La hora de las gaviotas' (Plaza & Janés), que presentará este maestro del suspense y de la literatura de viajes a partir de las 19.00 horas en un encuentro virtual a través de Zoom. La novela traslada a los lectores a Hondarribia, pueblo guipuzcoano cerca de la frontera con Francia. Durante el Alarde, fiesta que se celebra cada 8 de septiembre en la que desde hace siglos los hombres desfilan y las mujeres cantan para dar gracias a la Virgen de Guadalupe por expulsar a los franceses. Pero desde hace décadas, la fiesta es motivo de controversia. Algunas mujeres reclaman su derecho a desfilar como los hombres y, para evitar enfrentamientos, el ayuntamiento ha creado un desfile mixto, abiertamente boicoteado por los defensores del tradicional. Por eso, cuando en medio del desfile mixto una mujer es apuñalada, encargan el caso a la Unidad de Homicidios de Impacto de la Ertzaintza, liderada por la indomable suboficial Ane Cestero. Una investigadora de proverbial tenacidad pero en tratamiento por su incapacidad para bregar con maltratadores, tras años siendo víctima de las vejaciones de su padre, que no cejará en su empeño hasta dar con el asesino. Un thriller apasionante, de trama absorbente, estilo engañosamente sencillo, personajes de carne y hueso y cuidadas descripciones que te transportarán hasta Euskadi sin salir de tu casa. Y, gracias a la colaboración del Servicio de Bibliotecas de Castilla-La Mancha, podrás leer gratuitamente La hora de las gaviotas en formato digital entrando en el siguiente enlace: https://castillalamancha.ebiblio.es/resources/6110cf5e7b1682000163644b Para tomar parte en el encuentro con el escritor Ibon Martín, desde la organización informan de que hay que enviar un correo a casasahorcadas@gmail.com antes del 9 de diciembre contestando a la siguiente pregunta: ¿Quién es el culpable del crimen del Alarde? Los acertantes recibirán un correo con el enlace para sumarse al encuentro una hora antes de su comienzo. ¿Cómo sienta que a uno le llamen «el maestro vasco del suspense»? Por un lado, te hace ilusión, pero, por otro, te supone una carga y una presión. Si te consideran así, en tu siguiente novela tienes que estar a la altura, que es algo que siempre intentas, pero cuando tienes la sensación de que se espera mucho tanto de lo que hagas, ese vértigo todavía es mayor. La verdad es que preferiría que no me dijeran ese tipo de cosas. Aunque ahora es conocido por sus novelas negras, comenzó triunfando con sus guías de viaje de Euskadi. ¿Por qué ese cambio? Yo, como todo vasco, soy muy aficionado al monte. Durante muchos años me he dedicado a recorrer mi tierra y a descubrir rincones perdidos por rutas montañeras, como restos de la primera industrialización, antiguas ferrerías o lugares con una carga mitológica importante. Todo eso me generó una cierta curiosidad y unas ganas de devolver la vida a lugares que la habían perdido, algo que hago situando en esos escenarios los asesinatos que suceden en mis historias. Por eso, comencé a escribir novelas negras, casi como un 'hobby' en los tiempos muertos y en los días de lluvia que no podía subir al monte. Su último viaje de ficción en forma de novela, 'La hora de las gaviotas', es la segunda entrega, después de 'La danza de los tulipanes', de la saga protagonizada por la suboficial de la Ertzaintza Ane Cestero, que viaja a Hondarribia para investigar una serie de asesinatos de mujeres en plena de la tradicional y polémica fiesta del Alarde. ¿Por qué se decantó por esa temática y este trasfondo? A mí me gusta elegir primero el escenario de mis novelas y sumergirme en un lugar que me atraiga especialmente porque, al fin y al cabo, voy a estar viviendo mentalmente en él durante todo un año, que es el tiempo que me lleva escribir cada una de sus historias. En este caso, Hondarribia es un pueblo cercano a mi casa y tiene un encanto y un sabor marinero muy fuerte, además del peso de la frontera. Este lugar me cautivó para situar allí la acción y, con el trasfondo del Alarde, todo encajaba porque es una fiesta poco conocida fuera del País Vasco, pero aquí cada 8 de septiembre las noticias encabezan todos los informativos y los medios de comunicación por la polémica del boicot a la participación de la mujer. Por eso, me apetecía utilizar, de algún modo, la tensión que se genera para localizar un asesinato allí y, de paso, denunciar esos hechos para que se conozcan en otros lugares. Llama la atención que una sociedad tan rica y avanzada como la vasca se tan tradicional y retrógrada para otras cosas. ¿No lo considera usted así? Sí, ese es el gran lastre que tenemos los vascos en todo. En otro tipo de ámbitos, como es la existencia del terrorismo, al final hace que seamos una sociedad muy cerrada, quizá también por el aislamiento grográfico y el clima. Todo ello genera un mundo, en cierta manera, excesivamente tradicional, en contraste con los grandes avances sociales del País Vasco, que es una tierra de las más avanzadas de Europa tanto a nivel social como económico. ¿Qué tal ha sentado su novela en Hondarribia? El boicot a mi obra ha sido absoluto, hasta el punto de que yo tengo una colección de libros infantiles para niños a partir de los 8 años, y todos ellos han sido retirados de las librerías de Hondarribia. Incluso, aparecieron carteles por sus calles llamando a no comprar mi novela y ello, tan sólo, porque hay alguien que ha logrado que se hable de ello fuera del pueblo, puesto que si no se hablara de ello, más fácilmente podrían perpetuar el boicot a la mujer. En cualquier caso, el contexto de su nueva novela es una excusa para hablar del machismo y del odio intrínseco que subyace bajo gran parte de la sociedad. ¿Cómo cree que se puede contrarrestar esto? Es complicado y nos quedan muchísimos pasos por dar. No hay más que ver estadísticas de violencia de género y asesinatos machistas. Todos los que tenemos un mínimo altavoz debemos poner nuestro granito de arena y dar la cara contra esta lacra. Es terrorífico que a estas alturas de la película, avanzado el siglo XXI y en una sociedad plenamente europea, que tengamos unas cifras como las que tenemos. ¿Cree que la novela negra es la mejor herramienta, o al menos una de ellas, para denunciar este tipo de cuestiones? La novela negra nos permite, precisamente porque está localizada temporalmente en nuestros días, radiografiar y denunciar, mejor que ningún otro género, la sociedad actual, tanto los defectos que tiene como las virtudes. Por eso, creo que es un vehículo perfecto para ello. ¿Qué tiene el País Vasco para que en los últimos años hayan surgido tantos autoras y autores de este género? Yo lo achaco bastante al clima. Cuando yo empecé a escribir me enamoré de la novela negra de estilo nórdico y me di cuenta enseguida que teníamos algo en común con ellos. Por un lado, como decía antes, el aislamiento geográfico, un clima bastante hostil y una mitología propia crean un caldo de cultivo perfecto para que la gente se siente al lado de la chimenea a contar historias, que es el trasfondo de este género que yo he llamado «euskandinavo».