Los hay que presumen como forma de vida, de manera constante, en una huida hacia adelante. Presumen a todas horas, cada vez que hablan, tres de cada dos palabras las usan para pavonearse. Presumen para tapar la incertidumbre, el vacío que son ellos mismos y que tira con fuerza como un agujero negro. Alardean, fanfarronean, como si por repetir lo mismo muchas veces y más alto fuera a ser verdad.
Con la gente que presume me ocurre que mientras más insisten en que mire hacia donde apuntan, más me fijo en sus manos inseguras que tiemblan. Esto es lo que le pasa al PP desde que decidió convocar elecciones en Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco habla con tono enérgico...
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