Los fichajes no acostumbran a ser un libro abierto. No hay ningún club que realmente aplique transparencia porque el mercado es muy duro. Pero hay cuestiones que se deben explicar si antes ha existido un compromiso para hacerlo. Ahora hay varias. Por ejemplo, la comisión que se paga por
Raphinha. No debería ser un secreto de Estado, como tampoco quiénes son los propietarios de los derechos del jugador. Otra, la baja cláusula de rescisión de
Dembélé, apenas cien millones de euros, y si el fijo es el parecido al de la media de lo que ha cobrado hasta ahora o es más bajo. Los clubs no explican nada de eso, pero todo depende de la línea de transparencia que se pone y la de este Barça es alta.
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