Buscará Nuevo León atraer turistas retirados de EU
Pese a crisis hídrica y de inseguridad que sufre el estado el organismo AMAR busca detonar comunidades para estas personas
De los 30 mil millones de dólares anuales que estarían generando los dos millones de extranjeros retirados viviendo en México en 2030, Nuevo León quiere participar con dos proyectos para desarrollar comunidades de retiro que asistan a este segmento de población en el proceso de envejecimiento.
De este modo, desarrolladores inmobiliarios e inversionistas de Monterrey, Saltillo y Torreón, entre otras ciudades, están decididos a apostar en este concepto de negocio, el cual va dirigido a las personas de 50 años y más.
“Las estimaciones son que para 2050 Estados Unidos (EU) tendrá una población de 156 millones de personas mayores de 50 años, y ese potencial es el que observamos y que ahora hemos podido empezar a penetrar en México y eso ya está provocando que ya se esté detonando fuertemente”, dijo Javier Govi, presidente de la Asociación Mexicana de Asistencia en el Retiro (AMAR).
En Nuevo León (NL) existe una comunidad de retiro que está funcionando, con ciertos estándares, pero los nuevos desarrollos que se proyectan para Monterrey serán más novedosos, afirmó Govi en entrevista con El Financiero.
“De los dos proyectos que se planean para Monterrey, habrá uno dentro y otro fuera del área metropolitana. El primero en arrancar sería el que se ubicará en un municipio del área metropolitana, en un terreno con una superficie mínima de 2.5 hectáreas, tendrá 120 unidades habitacionales e implicará una inversión inicial de 30 millones de pesos”, detalló. Govi.
Señaló que se están enfocando en los proyectos temáticos, es decir, en áreas vitivinícolas, de ecoturismo o para hacer glamping, entre otras actividades.
“Va haber un tema, si es el vitivinícola, la comunidad (de retiro) va a estar ligada a ese tema, de tal manera que los que vivan ahí podrán producir su propio vino”, refirió.
En la primera fase del próximo desarrollo se ofrecerá específicamente a adultos activos, sanos e independientes y que quizá puedan traer dolencias menores propias de la edad.
Y en la segunda fase, agregó el directivo, se podrán incorporar personas con más edad que demanden cierto tipo de asistencia, aunque desde el inicio de la operación de las comunidades se contará con cuidados médicos de primer contacto (enfermería).