Добавить новость
ru24.net
World News
Октябрь
2022

¿Por qué nos atrae más un cruasán que las coles de Bruselas?

0
Abc.es 
Una combinación precisa de azúcares, grasas, sales y potenciadores del sabor. Eso es lo que hace que los ultraprocesados nos produzcan en el paladar un placer tan elevado que sea difícil resistirse a ellos. «Estos productos están diseñados científicamente para alcanzar el máximo placer posible, sin saturar. Es lo que se denomina bliss point », explica Beatriz Robles, dietista-nutricionista, experta en seguridad alimentaria y autora del libro 'Come seguro comiendo de todo'. Y también es la razón por la que no nos pasa lo mismo con un plato de verduras. Pero esta preferencia no es nueva. Nos viene desde el principio de los tiempos. « De manera ancestral buscamos el sabor dulce porque lo asociamos con alimentos que dan energía rápida», señala Begoña Pérez Llano, profesora del Máster en Nutrición, Obesidad y Técnicas Culinarias de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Javier Sánchez Perona, investigador del CSIC en el Instituto de la Grasa, va más allá: «Para nuestros ancestros conseguir este tipo de nutrientes (grasas, azúcar y sal) era complicado. Para conseguir grasa saturada tenías que matar a un animal, que no era nada sencillo. En el azúcar, esperar a la época del año en el que la fruta estuviera muy madura o, si querías miel, te tenías que pegar con las abejas. Y en el caso de la sal, era difícil de encontrar salvo en una mina o salar. Como no eran productos fáciles de obtener, nuestro cerebro se desarrolló para que sintiéramos una recompensa cuando los conseguíamos». Noticias Relacionadas estandar Si Vitamina D: Lo que debes saber sobre el suplemento de moda Cristina Garrido estandar No Descubren que los edulcorantes artificiales pueden provocar alteraciones en el microbioma humano Cristina Garrido Hoy en día no solo no tenemos que hacer ningún esfuerzo sino que las referencias de productos que combinan grandes cantidades de grasas, azúcares y sal son infinitas y tenemos donde elegir. El problema de los ultraprocesados es que su consumo elevado está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas : obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes... «El mensaje es: cuanto menos se coman, mejor », afirma Beatriz Robles. La industria de los ultraprocesados juega también con una baza muy atrayente: la novedad. Es el caso del último lanzamiento que se ha convertido en tendencia en redes sociales, y especialmente entre los más jóvenes: el cruapán , una mezcla de pan de molde y cruasán, que ha llegado incluso a agotarse en algunos puntos de venta. «El punto ese de escasez, de que se está acabando, es un motor de venta súper básico. Nos entra la urgencia por la compra», afirma Robles. La experta recuerda que, en la elección de lo que metemos en nuestra cesta, influyen muchos factores: «nuestra educación nutricional, nuestro nivel de renta, la promoción del producto y nuestra cultura gastronómica». Incluso lo que come nuestra madre cuando estamos en el útero podría influir en nuestras preferencias. Varias investigaciones han sugerido que los bebés pueden saborear y oler ya desde el útero, aunque se basaban en resultados posteriores al nacimiento. Ahora, un estudio dirigido por el Laboratorio de Investigación Fetal y Neonatal de la Universidad de Durham (Reino Unido), y publicado en 'Psychological Science', ha probado por primera vez esta hipótesis en fetos tras tomar ecografías 4D de 100 mujeres embarazadas para ver cómo respondían sus futuros hijos después de estar expuestos a los sabores de los alimentos consumidos por sus madres. En concreto, los investigadores observaron cómo reaccionaban los fetos a los sabores de zanahoria o col rizada poco tiempo después de que las madres hubieran ingerido dichos alimentos. Los de la zanahoria mostraron más respuestas de 'cara de risa', mientras que los de la col rizada mostraron más respuestas de 'cara de llanto'. Estos hallazgos podrían mejorar la comprensión del desarrollo de los receptores humanos del gusto y el olfato. Los investigadores también creen que lo que comen las mujeres embarazadas podría influir en las preferencias de los bebés después del nacimiento y tener implicaciones para establecer hábitos alimenticios saludables. Reeducar el paladar En esta línea, Begoña Pérez Llano, autora del libro 'Actividades nutritivas. Manual para padres y educadores', considera fundamental enseñar a los pequeños los distintos sabores desde que empiezan con la alimentación complementaria. «Hay que trabajar con los niños la introducción de los alimentos por separado , no siempre en papilla. Que prueben el sabor ácido y amargo y que no se asusten. Les damos todo muy dulce y muy monótono y cuando prueban el pimiento lo rechazan. El amargo es el sabor más difícil de educar». En los adultos, también se puede reeducar el paladar. La profesora de la UNIR recomienda ir sustituyendo el azúcar añadido por otros alimentos dulces naturales como el plátano, los dátiles, la canela o la vainilla. Y lo mismo con la sal, reduciéndola y sustituyéndola por especias, que además de sabor aportan vitaminas y minerales. Aprender a cocinar y a preparar los alimentos sanos para que sean apetecibles es otra de las claves. « Esto no va de sufrir, va de disfrutar con alimentos que sean saludables. Pero para eso hay que hacer el trabajo de ir probando qué nos gusta más y qué técnicas culinarias hacen que sepan más ricos. Y si tienes poco tiempo, procura tener los vegetales en la despensa congelados o en conserva», recomienda Beatriz Robles.



Moscow.media
Частные объявления сегодня





Rss.plus
















Музыкальные новости




























Спорт в России и мире

Новости спорта


Новости тенниса