Carlos Sainz salía desde la pole en el GP de Estados Unidos de F1 tras bordarlo en clasificación. Sabía que ganar en Austin iba a ser difícil ante un Max Verstappen con un Red Bull que gestiona muchísimo mejor los neumáticos que su Ferrari. Pero quería intentarlo, darlo todo para ver qué podía conseguir en un trazado de mucha degradación. Sin embargo, todas sus opciones se esfumaron en la primera curva por culpa de George Russell.
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