Cuando San Fernando tuvo canal navegable y dique seco
JUAN MARCELO GAVALDÁ (*)
En 1805 el Virrey Rafael de Sobremonte ordenó la construcción del Canal San Fernando, a instancias del Jefe de la Real Armada, ingeniero Eustaquio Giannini y del Capitán de Navío Santiago de Liniers.
El canal serviría para mejorar las vidas de los habitantes de la zona de Las Conchas (Tigre, en la actualidad), expuestas con las inundaciones y para poder comerciar con las provincias.
La excavación arrancó a mediados de 1806 y al año siguiente fue interrumpida por causa de las invasiones inglesas y la salida de Sobremonte. Unos 60 años más tarde, en 1864, se retomaron las obras, ampliándose la profundidad y terraplenando la ribera con la intervención del municipio local.
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En 1873, el Juez de Paz a cargo de la Municipalidad, Cruz Martín, resolvió efectuar estudios para mejorar el canal y construir además un dique de carena. Estas inquietudes se completaron en 1875 cuando el ingeniero Luis Huergo proyectó y dirigió las obras, contratado por el Gobierno Provincial para los trabajos del canal, y por la Municipalidad de San Fernando para las del dique seco.
En consecuencia, el canal no solo sirvió de puerto interno para carga y descarga de las frutas, maderas y mimbres provenientes de las islas del Delta, sino también de dique de carena. Se trataba de un espacio en el que las embarcaciones ingresaban, se cerraban dos compuertas y se vaciaba el agua, oficiando de dique seco para la limpieza, reparación y mantenimiento de los cascos de los barcos.
En agosto de 1911, mediante la ley provincial 3.365 se autorizó al gobierno bonaerense a convenir con la Municipalidad de San Fernando la forma y proporción en que contribuiría a la reconstrucción y dragado del Dique y del Canal San Fernando, habilitándola a contratar con la empresa de obras públicas Goedhart Hermanos o a licitar la realización de tales tareas.
En 1933, a través de la ley provincial 4.157 se dispuso la expropiación de todos los espacios necesarios para la construcción de un puerto de cabotaje y durante 50 años el canal registró una importante actividad.
Posteriormente, tanto la Nación como la provincia de Buenos Aires, tomaron una serie de decisiones en torno al canal, sin consultar con la Municipalidad de San Fernando, lo que terminó generando algunos conflictos. Al mismo tiempo, la estrechez del canal obligaba a correr las embarcaciones amarradas cada vez que algún buque de mayor porte debía entrar o salir del dique de carena (ubicado al final del canal) para efectuar reparaciones. También era necesario coordinar los horarios del paso de las embarcaciones con los horarios del paso del Ferrocarril Mitre -Ramal Delta- (Tren de la Costa, en la actualidad) ya que había que pasar por un puente levadizo.
Lo cierto es que todos estos movimientos complicaban las operaciones de carga y descarga de las embarcaciones de menor porte y fue así como, con el tiempo, el dique de carena fue quedando en desuso.
Entrada la década del 80 el canal ya estaba prácticamente vacío, al menos en sus últimos tramos y, posteriormente, hace unos años, la Municipalidad de San Fernando removió las compuertas del dique de carena y las emplazó en el Parque del Bicentenario, donde hoy se exhiben.
En el presente, quien visite la antigua obra, podrá apreciar restos del sistema de operación de las compuertas, el puente ferroviario aún en uso y la presencia de peces y tortugas que allí resisten pese a la contaminación de las aguas.
Si las autoridades nacionales y provinciales hubiesen tenido la visión estratégica de ir haciendo obras de remodelación y ampliación para adaptar el canal a las nuevas embarcaciones que circulaban, tal vez en el presente, el canal estaría en funcionamiento, proporcionando un pintoresco paisaje a vecinos y visitantes del lugar.
(*) Abogado, Doctor en Derecho y Profesor en Ciencias Jurídicas. Docente Universitario. Miembro Adherente del Instituto Nacional Browniano.