El Barça está llevando esta Liga a un tren impresionante. El triunfo en Villarreal confirmó la principal característica de este equipo que
Xavi, poco a poco, ha ido construyendo, me parece cada vez más evidente que en función del perfil de su plantilla: todos corren por todos y todos corren para todos. Hacía años que no se veía un trabajo colectivo tan físico y, en esa dinámica solidaria, llamó la atención el enorme despliegue de un jugador tan elegante como
Pedri, al que se le están viendo tremendos sprints largos en conducción. Eso dice mucho de cómo creen los futbolistas en lo que están haciendo y, a la vez, les obliga a estar al 100% concentrados. El análisis de
Xavi creo que está siendo sensato con el estilo de los jugadores de su plantel. Un vistazo a la serie de resultados confirma que a este Barça cuesta mucho hacerle un gol, aunque también hay que decir que le cuesta hacerlos. Y, lejos de entenderlo como una crítica, creo que tener en cuenta esa realidad es una lectura adecuada, porque coincide con el perfil de los futbolistas. Por eso se ha pasado del 4-3-3 que parecía innegociable a este Barça con casi cinco medios, si contamos lo que ayuda
Raphinha a su espalda. Eso no significa que la propuesta de partida del Barça deje de ser ofensiva. De hecho, lo es, porque de entrada pone la línea de defensas muy arriba; es decir, va a por el rival en busca de la ventaja en el marcador. Y ahí volvemos a la reflexión inicial: ¡cómo corren hacia atrás
Koundé,
Christensen,
Balde y
Araujo! Naturalmente, lo ideal sería trasladar todo ese potencial defensivo a la zona de ataque, pero quizás ahora, por el tipo de delanteros, no sea lo más recomendable. Cuando tienes a
Neymar su energía fisica, que la tiene, la vuelca sólo hacia adelante. En el Barça de hoy, hasta
Lewandowski es parte del operativo defensivo cuando no se tiene el balón. El domingo, por ejemplo, el Villarreal tuvo más tiempo la pelota. Y
Lewandowski ayudó a incomodar al contrario.
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