El asistencialismo extremo inhibe la iniciativa individual productiva
![El asistencialismo extremo inhibe la iniciativa individual productiva](https://elfinanciero-elfinanciero-prod.cdn.arcpublishing.com/resizer/9pl23aokD92wKjPtZgobjF5WiCQ=/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elfinanciero/B3O4IOH2FJAN5HQKYPGZ3QVKAI.jpg)
La política asistencialista extrema genera, a la larga, conformismo e indolencia social y cancela la aventura de escalar la cima de la superación. Los programas sociales son muy importantes, un compromiso elemental de justicia, pero deben focalizarse a los más pobres. Su generalización indiscriminada distorsiona e inhibe la iniciativa individual y provoca en el individuo un conformismo pernicioso.
El motor de la vida es el trabajo; genera satisfacción y realización humana. La actividad y el quehacer del día a día despiertan el potencial que todos llevamos dentro. El trabajo es la bujía que alimenta la chispa del estímulo y el deseo de salir adelante para asegurar el bienestar de nuestra familia. El gobierno debe darle contenido productivo a los cuantiosos recursos destinados a sus programas sociales. Es factible estudiar en cuáles es viable que al apoyo económico se le acompañe de la realización de tareas específicas y propias de los beneficiarios. Por ejemplo, las mujeres del campo beneficiadas, sus hijos becados y sus esposos apoyados podrían responsabilizarse y desarrollar trabajos en su propio beneficio.
En cada casa de los ejidos tienen lo que se llama «sitio». Es un espacio susceptible de aprovecharse para producir algunos alimentos básicos para la alimentación de la familia campesina. Aquí está una posibilidad práctica que el gobierno debe aprovechar para lanzar un programa de integración familiar y hacer que las personas apoyadas trabajen en su beneficio.
Los huertos familiares y los pisos firmes serían de la mayor importancia para ocupar y darle contenido productivo a los miles de mexicanos beneficiados con los programas sociales. En otras palabras, se les daría trabajo a cambio de los apoyos oficiales. El paternalismo extremo del gobierno cancela la iniciativa personal y obstaculiza el crecimiento del ser humano. ¡Cuidado! Es delicado llegar a este momento porque no es fácil superar esa postración y letargo que, además, paralizan la vida productiva de un país.
Esta iniciativa le daría al gobierno la oportunidad de convertir parte de los programas sociales en instrumentos de reactivación económica y franca mejoría de la calidad de vida de las familias.
A propósito de estos temas y reflexiones, conversando con productores campesinos de la región de La Trinitaria, Chiapas, en busca de nuevas formas de asociación productiva me insistían en la limitante que representa la falta de mano de obra en la región. Escasez motivada por la migración a Estados Unidos, el reclutamiento de la gente joven para actividades ilícitas y el no querer trabajar pues reciben los apoyos económicos de los programas sociales.
Es necesario, y aún hay tiempo, reorientar el presupuesto federal para darle sentido e inteligencia, contenido productivo y racionalización económica a los programas sociales.