Thomas Jefferson, el virginiano
«Aquí hay mucha tela que cortar». La castiza expresión remite a una situación, o a una persona, que aparentan ser lo que no son y, por tanto, exigen un esfuerzo de comprensión añadido. En efecto, Thomas Jefferson, el tercero de los diez hijos de Peter, un hacendado de origen galés que «casó bien» con la potentada Jane Randolph, fue estadista, diplomático, arquitecto, filósofo, escritor y tercer presidente de los Estados Unidos de América, entre 1801 y 1809. A mitad de mandato se quedó sin vicepresidente, porque el que tenía, el infame y fascinante Aaron Burr , mató en un duelo a pistola a Alexander Hamilton, primer secretario del tesoro. Noticias Relacionadas estandar Si libros Los Reyes Católicos en zapatillas Carmen R. Santos estandar Si liBros Portillo Valdés explora la verdadera emancipación de España Manuel Lucena Giraldo ¿Qué tuvieron en común, además de ser «padres fundadores» de la nación? Todos fueron traficantes y poseedores de esclavos negros. La fama imperecedera de Jefferson se fundamenta en que fue el redactor primordial de la ‘Declaración de independencia’ de Gran Bretaña en 1776. También escribió un manual sobre los procedimientos del senado de la República; la ‘Biblia de Jefferson’, una interpretación excéntrica de la vida de Jesucristo; o unas notas sobre Virginia. Jefferson consideraba el mestizaje una aberración. ENSAYO 'La pasión de la libertad. Thomas Jefferson y la creación de los Estados Unidos' Autores Vicente López-Ibor y Luis Francisco Martínez Editorial Aranzadi Año 2023 Páginas 230 Precio 30,52 euros 4 De ahí procedía una desconfianza atávica hacia la monarquía española, que poseía el mayor porcentaje de población interracial del mundo. Jefferson escribió convencido que «todos los hombres son creados iguales» , pero no se refería a un igualitarismo individualista, sino a la potestad de tener un gobierno propio. En nuestros días, sería un supremacista blanco y hasta su muerte creyó que blancos y negros no podían convivir en una nación libre. Entre lo mejor, la crucial aportación española a la independencia de Estados Unidos No se trató solo de teorías personales o reglas privadas. Cuando se proclamó en 1804 la república de Haití, tras el fracaso de Napoleón en la reintroducción de la esclavitud en el Santo Domingo francés, Jefferson no le otorgó el reconocimiento diplomático. Solo llegaría con Lincoln como presidente, en 1862. ¿Miedo, precaución, convencimiento? La lectura de esta espléndida monografía tiene el enorme mérito de aumentar la curiosidad por el personaje y, por qué no decirlo, también produce el alivio de no haber sido su contemporáneo. Es un error típico de nuestro tiempo, saturado de anacronismos, pensar que Jefferson fue contradictorio. En absoluto. Como muestran los autores en los siete capítulos, que se leen al modo de una novela política, encontró compatible ser un ilustrado convencido y poseer centenares de esclavos , de los que solo manumitió a dos en vida y a cinco en testamento; tener nostalgia de una Arcadia feliz y haber sido inventor de un montaplatos, una máquina criptográfica y otra de fabricar pasta; o ser tímido hasta el patetismo y haber llegado a presidente. La cara y la cruz En el mito jeffersoniano, la soledad del joven y virtuoso caballero que había quedado viudo de su querida esposa Patty con seis hijos reclama admiración. En la vida real, Jefferson vivió el resto de su vida con la mulata esclava Sally Hemings, a la que nunca liberó , con la que tuvo otros seis hijos. Entre lo mejor, se encuentra el capítulo que integra con método y sin concesiones la nueva historiografía sobre la crucial aportación española a la independencia de Estados Unidos.