Imágenes inéditas de la Euskadi del siglo XIX en el cuaderno de un ingeniero alemán que impulsó Altos Hornos
El trastero de la vivienda que George Alexander Dick (1837-1903) tenía en Inglaterra escondía un tesoro en los baúles. Más de un siglo tardó una de sus nietas en descubrir que entre sus pertenencias olvidadas había varios cuadernos con dibujos originales de este dibujante aficionado, ingeniero de profesión, que pasó una parte de su vida en Euskadi trabajando en la fábrica Nuestra Señora del Carmen, en Barakaldo, la precursora de lo que después fueron los Altos Hornos de Vizcaya. Dick plasmó con su lápiz imágenes de diferentes pueblos de Euskadi en un tiempo en el que la fotografía era todavía incipiente, y de ahí buena parte de su valor. A
lguna de las estampas ofrecen vistas inéditas, imágenes hasta ahora desconocidas de un paisaje que se ha transformado tanto desde aquel periodo, entre 1882 y 1866, en el que este ingeniero estuvo en Euskadi. Nicholas Bray, bisnieto del ingeniero dibujante, residente en Iparralde y conocedor de Euskadi, intuyó el valor de estas imágenes y fue el puente para que 29 de ellas se expongan desde este viernes en el Museo de las Encartaciones hasta el próximo enero de 2024.
La exposición se ha presentado este lunes por el propio Nicholas Bray, acompañado del director del Museo de Las Encartaciones, Javier Barrio, y de la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, bajo el nombre 'George Alexander Dick. 1837-1903. De Alemania a Barakaldo. El viaje de un ingeniero alemán por Euskal Herria en el siglo XIX'. En ella se podrá ver hasta el año que viene los dibujos que recuperan estampas desconocidas hasta ahora. "La gran importancia del hallazgo es que la mayoría de las estampas y edificaciones que aparecen en estos dibujos no se conocían hasta ahora", ha destacado la presidenta de las Juntas. "Rincones desconocidos de Bilbao, Barakaldo, Sestao, Portugalete, Santurtzi, Getxo, Pasaia, Tolosa, Hernani, Errenteria y Aia". "Se recupera una parte más de la historia de Bizkaia y de Euskadi", a través de unos dibujos que "estuvieron escondidos más de un siglo en un desván".
Por ejemplo, entre las localizaciones inéditas se encuentra la propia fábrica de Nuestra Señora del Carmen, en Barakaldo, junto al río Galindo, el convento de San José de la Isla, zonas de Getxo como el único dibujo que hoy se conoce del molino de viento que hubo en Las Arenas llamado Esazerrota, o la Isla de San Cristóbal, en La Peña, que se eliminó cuando se canalizó la ría de Bilbao, según ha destacado el director del Museo. También dibujó el muelle de Portugalete, el Puerto de Santurtzi, o la Iglesia de Santa María de Getxo o Punta Begoña y el Abra.
Los cuadernos que ha presentado su bisnieto no contienen únicamente dibujos. Se completan con anotaciones técnicas sobre la actividad que George Alexander Dick realizaba en las empresas en las que trabajó, siempre ligadas a la siderurgia, entre ellas Nuestra Señora del Carmen. Estas anotaciones, junto con los dibujos, "ayudan a entender la evolución de la industria de mediados del siglo XIX y la influencia de esta en el desarrollo industrial vizcaíno de esa época". Por ello, la muestra recoge además un apartado para tratar la industrialización de Bizkaia a través del relato pictórico de Dick.
Otro apartado de la muestra ahonda en la biografía del propio ingeniero, que su bisnieto ha relatado este lunes en la presentación de la exposición. Nacido en Alemania y formado como ingeniero, la familia Ybarra le 'fichó' para ayudar a poner en marcha la fábrica Nuestra Señora del Carmen, en Barakaldo, considerada la primera planta siderometalúrgica de Bizkaia y germen de lo que serían después los míticos Altos Hornos de Vizcaya. Trabajó como jefe de laboratorio para moderniza las técnicas de producción de hierro y de acero. Con el estallido de la guerra Carlista abandonó Euskadi, aunque con buen recuerdo de la empresa que dejaba. Su bisnieto ha recordado que todavía está en el desván en el que estaban los cuadernos una escribanía que la empresa le regaló en la despedida. Tras dejar Euskadi se marchó a París, ciudad de la que le echó otra guerra, la que enfrentó a Francia con Prusia. Acabó asentándose en Inglaterra donde creó su propia empresa , Delta, con la que registró varias patentes de aleaciones y compuestos metálicos.
En su faceta de dibujante aficionado, plasmó a trazos de lápiz, además de Euskadi, diversos puntos de la Europa de su época por la que viajó (Alemania, Suiza, Países Bajos, Francia...) y algunos puntos de América (Argentina, Cuba, Islas Vírgenes...). Todavía está por determinar qué pasará con los dibujos que se expondrán este año en el Museo de las Encartaciones cuando finalice la exposición. "Lo más probable es que vuelvan a la familia", ha señalado el director del museo, ya que quiere que todo el legado del ingeniero dibujante se mantenga unido. El museo ha editado en paralelo una publicación con el mismo título que la exposición, que ha sido elaborada por personal del propio museo y de la Asociación de Patrimonio Industrial y Obra Pública.