La juez rechaza investigar un caso de torturas de la policía franquista en Barcelona
El Juzgado de Instrucción 18 de Barcelona ha archivado la querella que Carles Vallejo , sindicalista y preso político entre 1970 y 1971, presentó por delitos de lesa humanidad y torturas contra seis agentes de la Policía Nacional durante aquella época, en la comisaría de Vía Layetana. A pesar de que la Fiscalía apoyó su admisión , al considerar que «la nueva Ley de Memoria Democrática impone al Estado, desde el ámbito de la justicia, el deber de investigar las violaciones de derechos humanos ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura», ahora la instructora rechaza hacerlo al entender que los hechos han prescrito y fueron amnistiados por la «legislación vigente» en aquel tiempo. Es decir, con la ley de 1977. En un auto, que ha avanzado elDiario.es y que luego ha difundido Irídia, entidad querellante junto a Ómnium, la juez Carmen García concluye así que, pese a la nueva ley, estos dos aspectos suponen «obstáculos insalvables» para poder investigar las torturas que denuncia Vallejo. Además, descarta también un delito de lesa humanidad -que no prescribe-. Concluye así que «no cabe la apertura de un proceso penal y la investigación de los supuestos responsables» ya que se han «agotado los plazos máximos de prescripción». La juez apunta que la Ley de Memoria Democrática no deroga la de Amnistía del 77, ni puede «establecer el principio de retroactividad en la aplicación desfavorable» del delito de lesa humanidad. Tras conocer la decisión, la entidad ha anunciado que presentará un recurso ante la Audiencia Provincial. Noticia Relacionada estandar No Carles Vallejo, preso político del franquismo: «Vía Layetana es la topografía del terror para los que sufrimos la represión en Cataluña» Elena Burés El sindicalista, torturado en la comisaría de Barcelona en los setenta, se querelló contra seis policías por delitos de lesa humanidad Vallejo, tras su primera detención, en diciembre de 1970, fue torturado durante 21 días en Vía Layetana, 43, -que albergaba la sede de la Brigada Político-Social- antes de ser trasladado a la prisión de La Modelo. El histórico sindicalista del barrio de El Poblenou (Barcelona) comenzó su actividad a los 17 años, cuando se afilió al aún clandestino Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Poco tiempo después, comenzó a trabajar en Seat y allí se adhirió al entonces también clandestino sindicato Comisiones Obreras. Su actividad culminó con su primera arresto. Entonces tenía 20 años, y varios agentes de la Brigada Político-Social lo detuvieron a las puertas de su casa, cuando llevaba encima octavillas de un poema de Rafael Alberti -'Los seis clavos'; -en relación al juicio sumarísimo del Proceso de Burgos, en que el poeta consideró que serían «los seis clavos del ataúd de Franco», si el dictador ejecutaba a los procesados para los que se solicitó pena de muerte-. «Pido investigar» Una vez en los calabozos de Vía Layetana , las torturas, tanto físicas como psicológicas, se prolongaron durante días. Golpes y patadas en las denominadas «ruedas», en las que los agentes se turnaban para agredirlo; asfixia por el método de la «bolsa», que le colocaban en la cabeza para impedirle respirar, junto con insultos y humillaciones. Pasaron 20 días hasta que lo trasladaron a la cárcel, acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal. De allí salió en junio de 1971 y dos años más tarde se le condenó por ello, hasta que tras la muerte del dictador se le indultó, y en 1978 la Audiencia de Madrid declaró extinguida su responsabilidad penal, en virtud de la ley de amnistía. Ahora, más de medio siglo después, ha asumido que la inadmisión de la querella «era una de las posibilidades que había». Pese a ello, mantendrá la «perseverancia de una lucha histórica» y por eso formalizará el recurso. «Lo que yo pido es investigar, antes de tomar una decisión. Por eso creo que la juez tenía que haber admitido este primer paso, pero seguimos adelante», ha señado.