República Dominicana reabrió su frontera con Haití
República Dominicana reabrió parcialmente su frontera con Haití este miércoles para permitir actividad comercial limitada, un mes después de haberla cerrado debido a un diferendo -aún vigente- sobre la construcción de un canal que derivaría agua de un río compartido. No obstante, el presidente dominicano Luis Abinader mantuvo la prohibición de otorgar visas a las y los ciudadanos haitianos que decretó el 11 de septiembre pasado, manteniendo cerrada la frontera a todos los migrantes, sea con fines de trabajo, turismo, salud o educación.
De ese modo, el gobierno permitirá que comerciantes de ciudades fronterizas dominicanas vendan alimentos, medicamentos y otros productos básicos a los haitianos, pero sigue prohibida la exportación de productos electrónicos y materiales para la construcción, tales como cemento y varillas metálicas. Además, un incendio en la madrugada en el mercado principal de Dajabón destruyó decenas de puestos y demoró la reapertura de la frontera. Las autoridades dijeron que investigaban las causas. Finalmente, cuando las puertas fueron abiertas en el lado de la provincia fronteriza dominicana de Dajabón, las del lado haitiano permanecieron cerradas, sin que se supiera la razón. Con ello, decenas de camiones y contenedores llenos de mercadería que formaban fila en las cercanías no pudieron cumplir con su acometido, que era vender sus productos a los haitianos.
La crisis diplomática actual deriva de la construcción de un canal del lado haitiano que derivaría agua del río Masacre, que forma la frontera entre los dos países en la isla de La Española. El río se llama así debido a una sangrienta batalla entre colonizadores franceses y españoles en el siglo XVIII. El gobierno haitiano ha dicho que los agricultores necesitan con urgencia el agua debido a una prolongada sequía que ha arruinado las cosechas en la llanura cercana de Maribaroux. Abinader dice que la construcción del canal viola un tratado de 1929, desvía agua que necesitan los agricultores dominicanos y afecta los humedales de la zona y uniendo el pensamiento a la acción, ordenó reactivar un canal cercano para recoger agua antes de que el río entre en territorio haitiano.
Poco después de iniciado el diferendo, el gobierno haitiano dijo en un comunicado que el intento de desviar agua del río Masacre para “privar de ella a los haitianos” es “inaceptable y hostil”. La declaración destacó la necesidad del diálogo y dijo que el único desenlace aceptable era compartir los recursos de manera igualitaria, normalizar las relaciones bilaterales y regresar a la libertad de movimiento de personas y bienes.
El proyecto de construir el acueducto por el lado dominicano desató en Haití un movimiento de unidad nacional bastante excepcional que quizás no era lo que esperaba Abinader, pues el canal se ha convertido en un tema de pundonor nacional casi histórico. “Los haitianos quieren dejar claro que son una nación que no se va a dejar humillar por su vecino”, opina el cientista político Diego Darin, del International Crisis Group.
Por el momento, la duda sobre si la decisión haitiana de no abrir este miércoles su lado de la frontera fue tomada por civiles o por la alcaldía de la comunidad de la localidad Juan Méndez-Haití, el encargado dominicano de Migración en Dajabón, Elio Uceta, expresó que evidentemente quien haya ordenado la disposición tenía algún nivel de influencia, pero reiteró que la frontera fue habilitada para permitir que los haitianos puedan comprar mercadería en el lado dominicano, aunque, repitió, para todo lo referente al tema migratorio, la misma se mantiene cerrada.
En tanto, el director del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT), Luis Soto Thormann, expresó que la seguridad en el área se mantiene garantizada. De hecho, el martes 10 de octubre el ministro de Industria, Comercio y Mypimes, Victor Bisonó, informó en terreno y de uniforme militar, que el reinicio de las actividades comerciales con Haití en los mercados binacionales, se cumplirá solamente de forma peatonal. “Será una dinámica interna exclusivamente peatonal en los mercados y bajo una vigilancia reforzada”, expresó el secretario de Estado dominicano.