Tras el fútbol, el ciclismo: el interés por La Vuelta femenina se dispara mientras las corredoras luchan por sus derechos
Ane sonríe de felicidad cuando un auxiliar del equipo Liv Aiula Jayco le regala el bidón de una corredora. Esta joven de la localidad navarra de Cascante, que sueña con ser ciclista profesional, se ha acercado hasta Tarazona (Zaragoza) para ver a su ídolo deportivo. No es ni Tadej Pogacar, ni Jonas Vingegaard, ni Mathieu van der Poel, sino la campeona nacional española Mavi García, que corre en la escuadra australiana de la que ahora Ane guarda un bonito recuerdo. Como ella, cientos de niñas -y también niños- han copado durante esta semana las salidas y llegadas de las etapas de La Vuelta femenina, que este domingo pone en Madrid el broche final a su segunda edición.
Le pasó al fútbol el pasado verano. Ahora, diferentes voces de dentro de la caravana de la prueba ciclista que esta última semana ha recorrido España coinciden en que el ciclismo femenino vive su particular 'boom', el interés por las pruebas se ha disparado en los últimos meses, al tiempo que las corredoras siguen luchando por sus derechos y por equiparar sus condiciones a las del ciclismo masculino.
Según un informe elaborado por la asociación 'The Cyclis Alliance' en 2023 con encuestas a corredoras del pelotón profesional, el 25% de las ciclistas profesionales no perciben un salario y el 70% de las que corren en equipos que no pertenecen al World Tour –la primera división del ciclismo–, donde la Unión Ciclista Internacional (UCI) exige un salario mínimo de 35.000 euros anuales (42.000 en el caso de los hombres), cobran menos de 10.000 euros al año. “En los últimos años se han dado pasos en este aspecto y ahora muchas nos podemos dedicar profesionalmente a ello, lo que nos da más tiempo para entrenarnos y también para descansar, que en el deporte de elite es muy importante, pero todavía hay compañeras que lo tienen que compaginar con otro trabajo o con estudios”, explica Sara Martín, quien además de ser corredora del Movistar Team es graduada en Química. El 80% de las ciclistas encuestadas que no compiten en la primera categoría del ciclismo tienen un segundo empleo.
A este respecto, la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) ha ampliado la obligatoriedad de garantizar el salario mínimo fijado por la UCI a los equipos con categoría Continental –la segunda división del ciclismo–, que en la práctica compiten con los equipos World Tour en la mayoría de pruebas. Ello ha provocado que muchos equipos hayan perdido su licencia al no poder contar con presupuestos elevados y ha reducido a dos los equipos españoles en esta categoría, el Laboral Kutxa y el Eneicat. “Era un paso necesario: no podía ser que hubiera muchos más equipos en sacrificio de las condiciones de las corredoras. Es preferible que haya menos pero que garanticen unas condiciones dignas”, apunta Julia Liberal, presidenta de la Federación Alavesa de Ciclismo y senadora del PSOE.
A la profesionalización del deporte, que ha permitido que en los últimos años muchas ciclistas puedan dedicarse en exclusiva a ello sin necesidad de depender de un segundo empleo, le ha acompañado un crecimiento del nivel de competición. Para prueba, la ascensión a los Lagos de Covadonga que protagonizó la ciclista neerlandesa Demi Vollering en La Vuelta de 2023, quien venció en esa etapa con un tiempo de subida de 37 minutos y 41 segundos, apenas seis minutos más lenta que la de quien ostenta el récord en esa cima, el exciclista francés Thibaut Pinot en La Vuelta de 2018, y que le hubiera permitido a Vollering colarse entre los mejores clasificados de la prueba masculina del 2021, último año en el que se ascendió. O la también neerlandesa Marianne Vos, la segunda ciclista con más victorias de la historia, 253, solo por detrás del considerado como mejor ciclista de todos los tiempos, Eddy Mercks, quien entre los años 60 y 70 del siglo pasado levantó los brazos en línea de meta en 525 ocasiones. A ello se le añade la desventaja de que el calendario femenino es mucho más corto que el masculino.
“Mucha gente que ha venido a vernos estos días me comenta que se han quedado sorprendidos del nivel y de lo explosivas que son las carreras femeninas en comparación a las de hace unos años. Eso es fruto de haber creado un deporte profesional de verdad”, señala Cristina San Emeterio, directora del UAE Team ADQ y una de las pocas mujeres al frente de la dirección de un equipo profesional.
Tanto ciclistas como directoras apuntan a la necesidad de profesionalizar ahora el resto de áreas del deporte para que la equiparación con el ciclismo masculino pueda ser real en el futuro. “El ciclismo no es solo es dar pedales, hay muchos más factores que es necesario seguir puliendo. Es un proceso”, apostilla Sara Martín, quien celebra que los equipos de la máxima categoría ya dispongan del mismo material que las escuadras masculinas.
Donde todavía falta camino por recorrer es en la brecha salarial y en la de los premios económicos que reciben por las victorias. Sin ir más lejos, La Vuelta femenina premia con 35.000 euros a la vencedora de la carrera y con 1.300 euros cada victoria de etapa. Cifras que están muy lejos de los 150.000 euros que se lleva el ganador de La Vuelta masculina y los 11.000 euros que gana el vencedor de una etapa. Todo ello con el añadido de que en la carrera femenina tan solo se disputan ocho etapas, por las 21 de la edición masculina, lo que añade más dificultad a conseguir una victoria.
En España, merced a la ley del Deporte aprobada en 2022, esa brecha se ha eliminado en las pruebas organizadas por las federaciones o que cuentan con financiación pública. “Nos encontrábamos casos de pruebas cadetes con mayores premios para los chicos que para las chicas”, indica la presidenta de la Federación Alavesa de Ciclismo, Julia Liberal, quien lamenta que la medida todavía no se haya extendido internacionalmente. “En las pruebas que organiza la UCI no podemos hacer nada”, argumenta.
“Mi referente fue Perico Delgado; hoy para las niñas lo son mujeres”
Quienes forman parte del ciclismo femenino confían en que la mayor visibilidad que han experimentado las pruebas en los últimos años ayude a que poco a poco esa brecha se vaya eliminando. Por el momento celebran el haber ganado notoriedad y ser ya referentes para muchas jóvenes. “Mi referente fue Perico Delgado. Le vi ganar en La Vuelta de 1989 y yo también quería correrla. Pero no pude: no existía. Por suerte hoy es una realidad y las referentes de las niñas de ahora lo son Mavi García o Sheyla Gutiérrez”, señala Dori Ruano, exciclista profesional y ahora embajadora de La Vuelta femenina. “Ojalá nuestro ejemplo sirva para que en el futuro más niñas puedan vivir del deporte”, añade Sara Martín.
Así, se ha visto en las salidas y llegadas de las etapas de esta edición de La Vuelta como muchas niñas se acercaban a las corredoras para conseguir una foto o un autógrafo. Es el caso de Marta o Saray, que corren en un club ciclista de Tarazona en categoría alevín, y que esperaban impacientes a pie del autobús del Movistar Team para sacarse una foto con la ciclista Sheyla Gutiérrez. Estos días ha recorrido el mundo el vídeo de una niña embriagada de felicidad al recibir un bidón de Lourdes Oyarbide.
“Se tiene que normalizar el consumo de ciclismo femenino en los medios de comunicación como ya está sucediendo con el fútbol para que cada vez haya más base y en el futuro haya más ciclistas españolas en el pelotón”, sostiene la directora del UAE Team ADQ, Cristina San Emeterio. “La mujer en el ciclismo se ha visibilizado más en los últimos años, hace 40 años cuando salía no me cruzaba a ninguna otra por la carretera y ahora se ven muchas”, celebra Ana Zapater, presidenta del club ciclista Mayencos de Jaca, si bien Dori Ruano insiste en que todavía falta camino por recorrer: “Hasta hace poco en carreras de categorías inferiores las chicas tenían que correr con los chicos porque no había suficientes, ahora poco a poco se van viendo pelotones más amplios, pero hace falta más cantera”. Y es que a nivel federativo las mujeres todavía siguen siendo amplia minoría. Según los últimos datos conocidos de la federación española, las mujeres apenas representan un 6% del total de ciclistas federados.