Sara Sorribes y Cristina Bucsa, el comienzo de una hermosa amistad: ganan en dobles el Mutua Madrid Open, el primer torneo que juegan juntas
Años de entrenamiento juntas, conocerse sólo con mirarse, las señas (el puño pasa sacar abierto, si saco el dedo me cruzo, etc)... Sara Sorribes y Cristina Bucsa echaron por tierra todo lo que habitualmente suele ser clave en una pareja de tenis: ellas se han juntado por primera vez en la Caja Mágica y el resultado ni más ni menos ha sido que han logrado levantar el título en el Mutua Madrid Open, derrotando en la final a la checa Barbora Krejcikova, múltiple ganadora de Grand Slams en dobles femeninos y mixtos (hasta ocho títulos de los más preciados tiene), y la alemana Laura Siegemund (1 Open USA ganado en dobles femeninos y otro en dobles mixtos). El resultado, además, no admite dudas: 6-0 y 6-2.
Ha sido la gran semana de Sorribes y Bucsa, el “comienzo de una hermosa amistad” que seguramente pueda tener continuidad en próximos torneos y en los Juegos Olímpicos de París. “Yo creo que nuestros estilos de juego se adecúan la una a la otra, Sara volea muy bien, es de fondo muy, muy sólida”, dice Bucsa. “Cristina es una gran jugadora, lo he dicho muchas veces, es increíblemente talentosa, tiene un 'feeling' con la pelota espectacular, y yo estoy feliz de poder jugar con ella”, comentó Sara. Tuvieron un comienzo de partido fulminante con siete juegos ganados de forma consecutiva. “Llegas, llegas...”, animaba Sorribes a su compañera ante una pelota corta. “Mía”, pedía otras veces. “Sí”, gritaba cuando le salía el tiro que quería. Sus experimentadas rivales no encontraban el ritmo y tiraban fuera una y otra sin entender lo que estaba sucediendo. Bucsa estaba muy atenta en la red a los cruces y Sara, desde el fondo, hacía un lío a sus rivales con las pelotas altas, con algunos globos. Krejcikova intentó contestar con la misma moneda, pero se le marchaban largas.
Segundo set, con techo
Antes de terminar el primer set, empezó a llover en Madrid. Hubo que esperar un rato para que el encuentro continuara. Lo hizo con el techo echado, pero a las jugadoras españolas no se les apagó la luz. Tampoco cuando llegó el primer break en contra, gracias a un par de buenos restos de sus oponentes. Siegemund intentaba ser protagonista, pero a veces quería acaparar tanto que terminaba equivocándose. Tampoco encontró demasiada ayuda en su pareja, algo desacertada esta vez. Se colocaron 1-2 y parecía el arranque de una remontada... Pero no lograron sumar ni un juego más. Bucsa y Sorribes jugaron sin cometer errores apenas y encontrando los espacios en momentos clave de los juegos, el tiro ganador, la defensa o la volea al límite. Vencieron a unas tenistas que habían llegado hasta la final sin ceder un set. En ese partido definitivo apenas pudieron sumar dos juegos.