El jubilado que envió una carta bomba a Pedro Sánchez, a juicio por terrorismo
Pompeyo González, para quien la Fiscalía pide una condena de 22 años de prisión, se sienta desde mañana en el banquillo de la Audiencia Nacional
Seis cartas con explosivos enviadas en 2022 al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles, entre otros destinatarios, sientan desde mañana en el banquillo de la Audiencia Nacional a Pompeyo González, a quien la Fiscalía acusa de delitos de terrorismo por los que pide para el jubilado de 74 años de Miranda de Ebro (Burgos) una condena de 22 años de prisión, que la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) eleva un año más.
La Fiscalía solicita igualmente al tribunal que le juzgará que si es finalmente condenado, sea sometido a libertad vigilada cuando salga de prisión, así como que indemnice con 1.500 euros al empleado de la embajada de Ucrania que resultó herido cuando manipulaba una de esas cartas.
El acusado -que previsiblemente declarará en la primera jornada de la vista oral- envió también cartas bomba a las instalaciones de la empresa Instalaza en Zaragoza, a la embajadas de Estados Unidos y Ucrania en Madrid y al centro de satélites de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.
Actuó, según recoge la fiscal Ana Noé en su escrito de acusación, con el objetivo de "variar" el posicionamiento de apoyo a Ucrania del Gobierno español y de EE UU, y el de "otras instituciones radicadas en territorio nacional", al que era "contrario", buscando causar con sus acciones una "profunda conmoción en la normal convivencia pacífica de la sociedad española".
Entre el 18 y el 21 de noviembre de 2022, Pompeyo González -que tras ser detenido en Burgos el 27 de enero de 2023 permaneció en prisión provisional hasta el 14 de abril del pasado año- remitió al Palacio de la Moncloa la primera carta bomba, dirigida al presidente del Gobierno. Tras saltar las alarmas en el control de Rayos X, el paquete -que contenía una carga explosiva de perclorato/clorato de origen pirotécnico y una pólvora de base nitrada- fue detonado de forma controlada.
Al primer envío le siguieron otros cinco de similares características, que como el anterior -según la versión de la Fiscalía- fueron elaborados por el acusado en su domicilio. Uno de ellos hirió en un dedo de la mano a un empleado de la embajada de Ucrania cuando lanzó el paquete al suelo en el patio de la legación diplomática al advertir una pieza de metal que le pareció un activador de explosivo.
Entre siete y diez gramos de explosivos
La fiscal detalla que todos los paquetes explosivos remitidos por el acusado -quien supuestamente realizó "diversas consultas sobre nitrato potásico casero, mechas de pólvora y tiendas de petardos"- presentaban "similitudes en su estructura y composición", diferenciándose únicamente por el tipo de sustancia utilizada" (de entre siete y diez gramos). Disponían de una activación mecánica y de iniciación pirotécnica, y contaban con "los elementos necesarios para su correcto funcionamiento".
La cantidad utilizada y su disposición en el artefacto, sostiene la Fiscalía, era suficiente "para producir lesiones de diferente consideración en función de la cercanía y los posibles órganos afectados, tanto por la propia explosión de la sustancia como por el impacto de la metralla incorporada" (postas de plomo) y la producida "por la fragmentación del perfil metálico debido al confinamiento del explosivo y demás elementos utilizados para su fabricación" (principalmente tuercas y tornillos).
El relato del Ministerio Público incide en que el acusado -a quien imputa un delito de terrorismo con resultado de lesiones y otro de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos con finalidad terrorista- dispuso los artefactos de manera que "cuando la caja de madera se sacase del sobre de cartón, y el destinatario abriese la tapa retirando la cinta adhesiva que tenía a modo de cierre, la tapa arrastraría al pasador, sacándolo de su alojamiento, liberando al percutor que, por la acción del muelle contraído, se desplazaría por el tubo que lo contenía hasta percutir al pistón, dando lugar a su iniciación".
La investigación puso de relieve que el 5 de noviembre de 2022 compró 25 sobres "para uso como contenedor externo de los artefactos" y unos días después adquirió a través de Amazon plantillas con letras y 96 etiquetas blancas lisas autoadhesivas "para pegarlas en los sobres con los nombres de los destinatarios".
Acopio de material
En los meses anteriores, señala la fiscal, se hizo con un juego de 120 tornillos, 30 piezas mini bisagras, 20 piezas de bisagras con 120 tornillos, un kilo de nitrato potásico puro, rollo de cable de encendido de diez metros de tiempo de combustión, diez bombillas incandescentes, un juego de diez brocas helicoidales y piezas de conector de batería con cable de conexión. Del mismo modo, antes de los envíos consultó las páginas web del Ministerio de la Presidencia, de la empresa Instalaza y del Centro de Satélites de la Unión Europea.
En el momento de su detención, "se disponía a tirar a la basura una bolsa que contenía diez clavos o puntas de grandes dimensiones", continúa el relato del Ministerio Público, que recoge que en el registro de su domicilio se le intervinieron varillas cilíndricas "que podían corresponder con el mismo tipo de cilindros que alojaban en su interior el pistón de los artefactos", además de "imanes, cizalla, tornillos junto con muelles similares a los percutores".
En su móvil, Pompeyo González tenía instaladas las aplicaciones Telegram, RT Noticias y Sputnik, "estas dos últimas aplicaciones oficiales de los medios gubernamentales de la Federación Rusa", así como la aplicación Sputnik VPN, "enfocada a falsear la geolocalización del usuario", llama la atención la fiscal en su escrito de acusación.
En su teléfono los agentes hallaron dos consultas realizadas el 28 de abril de 2021 sobre "si la pólvora se envuelve con clavos puede explotar" y "si no se hace bien la mezcla de la pólvora puede provocar sin encender". Y en julio de ese mismo año llevó a cabo "diversas consultas sobre nitrato potásico
casero, mechas de pólvora y tiendas de petardos".