Que haga lo que decía Johan

Ahora que suena por toda Barcelona lo de cargarse a Xavi tres semanas después de confirmar en el famoso ático su continuidad en el banquillo del Barça voy a recordarle algo a Laporta. Solamente porque no le gustó que dijera algo que para el entrenador es su opinión ¿qué espera de un jefe de vestuario? El presidente debería aplicarse lo que decía Cruyff, a quien tantas veces ha hecho referencia como gran fuente de inspiración de sus actuaciones: “En mi vestuario los directivos no entran”. Apúntenselo, esa era la palabra de Johan. Lo siento, pero lo que queda después de esta nueva crisis es que o dices exactamente lo que les gusta oír o lo más fácil es que te vayas por donde has venido. Ha pasado ya en otras áreas. No parece serio que decir la verdad o, al menos, su verdad y sin faltar a nadie, tenga tanta penalización para un profesional. En este nuevo lío en Can Barça, estoy con la voluntad de no ponerle más palos a las ruedas al entrenador, a quien se le tendría que apoyar sin dobleces para que se sienta fuerte delante de sus futbolistas. Pero, claro, si en menos de un mes se pasa de montar una gran rueda de prensa para anunciar a bombo y platillo su continuidad a dar a entender que decir lo que piensa le puede costar el sitio es para que el culé ya no sepa a qué atenerse. Creer de verdad en una planificación seria con estos giros radicales de timón en tan poco tiempo es pedirle un nuevo acto de fe a la afición. Vaya mi apoyo a Xavi. Y ojalá Laporta se acuerde de Cruyff y cierre, desde fuera, la puerta del vestuario.

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