Huele a limpio en la calle Corredera de Arahal . Las aceras aún siguen mojadas mientras sus vecinas le van metiendo mano al enrejado de sus fachadas. La escena tiene aspecto de rito. Cien metros hacia adelante, al final de esta calle larga, la Policía Local ha atravesado sus coches para desesperación de los conductores, quienes con gesto ofuscado los esquivan en las inmediaciones del Ayuntamiento. En la cafetería de Emilia , colindante al edificio consistorial, la camarera se encarga de informar a las parroquianas del despliegue policial: «Niña, que me he echado de novio a un príncipe árabe y vienen a escoltarme». «No, déjate de cachondeo, que están aquí por culpa del PP y del PSOE, que ya las...
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