Meteoro visto el martes habría explotado en el Pacífico, a más de 100 kilómetros de Guanacaste
Erick Sánchez, astrónomo instructor de Planetario de la UCR, realizó cálculos para determinar dónde cayó el meteoro que el martes deslumbró a muchos al atravesar nuestro cielo con rumbo al oeste.
El meteoro que decenas de personas vieron el martes a las 8:23 p. m., captado por cámaras de video en varias provincias y por un celular en Guatuso, zona norte, posiblemente se desintegró en el Pacífico, a más de 100 kilómetros al oeste de las costas de Guanacaste. La explosión ocurrió mar adentro, según Erick Sánchez Camacho, astrónomo instructor del Planetario de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Para determinar la ubicación, Sánchez realizó triangulaciones a partir de dos cámaras de seguridad que captaron el paso del meteoro: una en Moravia y otra en San Carlos. Utilizó puntos de referencia, como algunas montañas, y así logró calcular el punto de caída.
El experto afirmó que aplicó la misma técnica en 2019 con el meteorito de Aguas Zarcas, y la medición con cámaras constató que cayó en ese distrito sancarleño. Se le llama meteoro al objeto que se quema al entrar en contacto con la atmósfera terrestre y del que no se recupera nada y meteorito al que sobrevive al impacto con la Tierra, del que se pueden rescatar trozos.
El meteoro del 21 de mayo fue captado en videos desde Nosara de Nicoya y en Liberia, Guanacaste. Se vio al oeste. Si hubiera caído en algún punto de Guanacaste, se habría observado alto en el cielo y más vertical, pero la explosión se registró en el horizonte, lejos de la costa.
Se estima que pasó a unos 100 kilómetros sobre la superficie terrestre y por eso se vio en la costa guanacasteca, las llanuras de Guatuso, Heredia, La Sabana, Moravia y otros puntos del Valle Central, incluso en la cámara de vigilancia que está cerca del cráter del volcán Turrialba, a 3.325 metros sobre el nivel del mar.
Un meteoro como ese también debió ser visible desde Nicaragua, aunque Sánchez indicó que no hay reportes de ese país. Lo que se ve es el punto donde la roca entra en la atmósfera y se quema. Cuando los meteoros son grandes, se les denominan bólidos; mientras que, cuando son pequeños, se les llaman estrellas fugaces, que suelen verse pasar por la atmósfera en las noches; ocurren hasta cuatro por hora y en ciertas épocas son muchos más.
Estos bólidos pueden verse explotar en pedazos, como ocurrió en Aguas Zarcas el 23 de abril de 2019, cuando los vecinos, además de ver el fulgor, escucharon algo similar a una vagoneta vaciando una carga de piedras pequeñas en la calle.
Cuando son más grandes, como el que cayó en Rusia en 2013, pueden generar una explosión con una onda de choque que revienta hasta los vidrios de las casas.
El más grande conocido es el de 1908 en Siberia, Rusia, cuya explosión en la atmósfera fue equivalente a una bomba nuclear y devastó árboles en un radio de 20 kilómetros, según Sánchez.
El geólogo de la Universidad de Costa Rica, Gerardo Soto, afirma que aunque hay miles de meteoros, muy pocos son bólidos. Geológicamente hablando, son poco trascendentes por no dejar evidencia pétrea.
Dijo que cada vez son más visibles porque ahora hay gran cantidad de cámaras de seguridad y celulares disponibles, lo cual no era tan frecuente hace 20 años. Añadió que solo pudo ver el meteoro en los videos grabados y que le parece un bólido originado por un meteoroide pétreo, debido a los colores entre azul y verdoso, comunes al interactuar el hierro y magnesio con la atmósfera.
Soto desconoce si se pudo desintegrar o consumir completamente antes de caer al mar y dice que geológicamente, al no tener muestras, hay poco qué hacer, contrario a lo ocurrido con el meteorito de Heredia, caído el 1.° de abril de 1857, del cual se conserva un fragmento de 2,9 gramos en la UCR, y el de Aguas Zarcas, del que también se recuperaron rocas y ha sido base de estudios científicos.
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Un meteoro del tamaño de un vehículo
Para Erick Sánchez, el meteoro antes de entrar a la atmósfera pudo tener el tamaño de un carro pequeño y, por la gran velocidad a la que ingresó, existe la posibilidad de que se haya desintegrado completamente. Estos bólidos entran a 60.000 kilómetros por hora y por eso se ven tan rápido. El del martes se observó durante menos de tres segundos.
Antes de ese avistamiento, en nuestro país se pudo ver la basura espacial de un cohete chino que ocurrió en la madrugada del lunes 12 de febrero. Se desintegró durante varios minutos, en cambio el meteoro del martes fue más efímero, porque al venir del espacio exterior adquiere velocidades increíblemente altas y muchísima energía.
Posiblemente el meteorito de Aguas Zarcas fue más grande que el del martes, porque en los videos se ve cómo iluminó el entorno cuando explotó y al ser más cercano, fue mucho más brillante.
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Sánchez recordó cuando se quemó el transbordador Columbia, el 1.° de febrero de 2003, que entró a una velocidad mucho más baja que la de un meteoro y se desintegró casi por completo, solo aparecieron algunas partes en el suelo.
Sobre el avistamiento de meteoros en nuestro país, no se lleva registro porque ya no se estudian tanto como antes, es algo de más interés para aficionados, dijo Sánchez, quien es instructor del Planetario de la UCR.
Afirma que son más comunes de lo que la gente imagina, solo que la mayoría pasan desapercibidos. Sin embargo, cuando pasan sobre grandes poblaciones, con cielo despejado y cuando todavía mucha gente está en las calles, más personas atestiguan el espectáculo. Si el de este 21 de mayo hubiese ocurrido en la madrugada, muy pocos lo hubieran visto, afirmó. Lo mismo ocurrió con uno que pasó este 20 de mayo sobre Portugal y España, donde había buen tiempo y mucha gente lo vio porque aún estaba en las calles.
