No es habitual que haya agresiones en módulos de mujeres en las cárceles, pero a veces ocurre, como lo demuestra la que han sufrido dos funcionarias del centro penitenciario de Albolote , en Granada , a manos de una interna que se negó a que le hicieran un cacheo. Según ha denunciado la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones , las dos trabajadoras han necesitado atención médica tras ser agredidas por una presa que, cuando le avisaron de que iba a ser cacheada antes de ingresar en el módulo, amenazó primero y pegó después. «Como sigáis tocando mis cosas, os mato» , advirtió la interna, que después «empezó a lanzar puñetazos y patadas» a las funcionarias. Acudieron otros trabajadores del centro penitenciario, a los que escupió y amenazó. Intentó morderles, pero no lo consiguió. Finalmente, pudo ser reducida aunque no fue fácil: es muy corpulenta y estaba en una actitud muy agresiva. La citada asociación de funcionarios ha aprovechado la ocasión para pedir al Ministerio del Interior que reconozca a los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad, que considere la suya como «una profesión de riesgo» y que, en consecuencia, adapte los medios coercitivos «al siglo XXI» con la aprobación de pistolas taser. También entiende prioritario un incremento de las plantillas «para ajustarlas a las necesidades reales de los centros penitenciarios».