Los estériles vetos cruzados del constitucionalismo

La última manifestación masiva del constitucionalismo en Barcelona data del 9 de octubre de 2017, fecha en la que esa mayoría silenciosa se echaba a las calles para plantar cara al desafío separatista de la semana anterior. Desde entonces, todo han sido pasos atrás, sobre todo por la deserción de la causa por parte del PSC que, a estas alturas y dependiendo la permanencia de Sánchez en La Moncloa de los votos de las formaciones separatistas, parece irrecuperable. Pero después de esa fuga, ahora motivada también por las expectativas de Illa de recibir el apoyo de ERC para alcanzar la presidencia de la Generalitat, el resto de las formaciones constitucionalistas han sido incapaces de tejer una estrategia común que fuera efectiva para ponerse enfrente del rodillo separatista. Vetos cruzados a dos o tres bandas han perjudicado la presencia del centro-derecha en la Mesa del Parlament. Y así, todo es más difícil.