Tiendas, supermercados y grandes superficies se han conjurado para limitar los efectos negativos de los robos. La pérdida desconocida supuso un impacto de 2.278 millones de euros en el sector en 2022 (un 0,9% de la facturación), según el Barómetro del Hurto en la Distribución Comercial elaborado por NIQ y AECOC, la asociación de fabricantes y distribuidores. La pérdida desconocida es la que no se ha identificado y solamente se detecta si se comparan las existencias teóricas con las reales. Más de la mitad de estas pérdidas se deben a hurtos externos (el 54%). El hurto interno o de empleados representa un 17%. El 53% de estas sustracciones tienen su origen en bandas organizadas. En supermercados, el producto más robado es el aceite de oliva, por encima de embutidos y alcohol; en tecnología, la palma se la llevan los discos duros externos y auriculares; mientras que en moda, la lista la encabezan camisetas, pantalones y vestidos. Para revertir la situación las empresas recurren a la tecnología e innovación, como apoyo del tradicional vigilante de seguridad: cámaras de vigilancia, etiquetas RFDI, vidrios especiales, alarmas, antenas antihurto, sensores de movimiento, arañas de seguridad, collarines y cajas de policarbonato. Noticia Relacionada estandar Si La innovación se instala en el núcleo del sector del gran consumo Juan Carlos Valero La obligación de atender a las nuevas tendencias ha motivado que el 73% de las firmas tengan un director para este área y que el 42% esté en el comité de dirección Radiofrecuencia Las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) son muy utilizadas en logística: gestión de stock, reposición y clasificación de la mercancía. La facilidad de identificar un producto y la detección de forma inalámbrica permite también su uso para evitar los robos, sobre todo en el mundo del retail. Keonn Technologies es una empresa radicada en Barcelona que implanta sistemas y componentes RFID modulares para el comercio minorista y otros sectores. Su CEO, Ramir De Porrata-Doria, explica los tres tipos de sistema antihurto que ofrecen al sector: «De techo, de suelo (que está escondido) y de pedestal lateral. Aunque lo típico son los laterales, con RFID vendemos mucho más el sistema de techo y también el sistema de suelo, porque son casi invisibles. De esta manera la entrada queda totalmente diáfana y atrae más a los clientes». Las ventajas inherentes al RFID se aplican a los tres sistemas. Por ejemplo, la habitual molestia de que se hayan olvidado quitar la alarma de una tienda y suene al entrar en otra desaparece, comenta el CEO de la compañía: «Con RFID no sucede porque detecta si es de un retailer o de otro». La segunda ventaja, estima, es que «habilita el autoservicio, mientras que el método antihurto tradicional no posibilita el reconocimiento». La lucha contra los hurtos también tiene aliados invisibles como las cámaras con IA de Veesion Más beneficios respecto a los sistemas tradicionales: la posibilidad de saber qué producto está presuntamente siendo robado, expone De Porrata-Doria: «Entonces se envía rápidamente al guardia de seguridad o al empleado al móvil una imagen del producto que está saliendo y se puede buscar a la persona que ha hecho saltar la alarma». «Después se comprueba si era un intento de hurto o no y en el caso de que haya sido robado, se puede reponer», apunta. Las etiquetas RFID habilitan al retailer a saber cuáles son los productos que se intentan robar, a qué horas, en que días y en qué tiendas, circunstancias que, para De Porrata-Doria, «permiten tomar decisiones para proteger más determinados artículos». 2.278 es el coste en millones de los bienes perdidos en retail Keonn Technologies trabaja tanto para retailers grandes como para pequeños, de moda (es el ámbito donde más se está adoptando el sistema RFID), de deportes... Es una compañía de clara vocación internacional: un 94% de la producción se destina fuera de España. Respuestas variadas El sector también está recurriendo a la inteligencia artificial (IA) para limitar las pérdidas. La startup Veesion España se basa en una herramienta de IA y 'deep learning', que permite la identificación de los gestos previos al robo. Se analizan en tiempo real los movimientos que realizan los clientes para detectar gestos sospechosos. Nina Sviderska, asesora especializada en sistemas de seguridad en el comercio minorista con más de 20 años de experiencia, antes en Ucrania y desde 2018 en España, remarca la importancia de las nuevas tecnologías: «Los sistemas de videovigilancia con IA para evitar robos en tiendas y centros comerciales son asunto importante hoy en día. Casi todos estos centros usan videovigilancia en su sistema de seguridad. Es importante recordar que se trata de un sistema que necesita además personal de seguridad». Para los escaparates, una gran novedad es el vidrio laminado laminado P6B, un liviano producto realizado con policarbonato que resulta veinte veces más eficaz que el tradicional, explican desde Cristalerías Arenal Las propuestas de su consultoría son variadas: sistemas antihurto con tecnologías RF AM y EM, detectores de metales, sistemas de videovigilancia, control de seguridad para la mercancía en las estanterías, etiquetas RFID o sistemas de seguridad para probadores y entradas de servicio, entre otros. Los subsectores con más actividad incluyen, aparte de centros comerciales y tiendas de ropa, otros locales como librerías, gasolineras, perfumerías, gasolineras y establecimientos de electrodomésticos, productos digitales y de bricolaje. «Cada tienda requiere diferentes sistemas de seguridad —indica la experta—, no hay un estándar prefijado. Por lo tanto, la consulta más importante no es sobre la cámara inalámbrica de la marca japonesa y su precio, sino sobre la estructura de pérdidas que se producen por robos y la identificación de ladrones. Esto se llama auditoría de la tienda minorista y comprensión de la cantidad de robo». Sobre el coste de la instalación de nuevos sistemas se seguridad, Sviderska afirma que para cada negocio la cantidad es «mucha o poca», y aporta un ejemplo: «Un supermercado promedio de 10 cajas al mes pierde más de 10.000 euros. Entonces, la pérdida anual con 100 tiendas será de 12 millones de euros. Según mi experiencia, la implantación de un sistema de seguridad integral para cualquier comercio minorista siempre es más barato que las pérdidas existentes. Los plazos de amortización van de tres meses a cinco años». Escaparates En materia de seguridad, los vidrios de seguridad para escaparates tienen la misión de proteger el negocio contra el vandalismo y los robos. El vidrio laminado es el protagonista. Está constituido por dos paneles de vidrio unidos con una capa intermedia de plástico, que consiguen dotar al local de un elemento que dificulta los ataques gracias a la robustez del doble acristalamiento. El grosor varía entre los 6,5 y los 25 milímetros. Resiste a muchos ataques, como los de palancas y hachas. Oliver Arenal, propietario de Cristalerías Arenal, empresa situada en Madrid, destaca «como lo más novedoso el vidrio laminado P6B», un producto realizado con policarbonato, cuya capacidad contra los robos puede llegar a 20 veces más que el vidrio blindado convencional. Además es liviano y de fácil manejo. Los escaparates de seguridad llevan distinto vidrio en función del establecimiento, detalla Arenal: «El genérico, el laminado 5+5, es el que se pone en la sucursales bancarias como la Caixa, BBVA, ING. Después está el 6+6, que son 2 milímetros más gruesos, y por último el antibala, que es 6+6+6. Para montar un vidrio antibala sería necesario un camión grúa y 4 o 6 operarios. A grosor más amplio, mayor precio». El vidrio resistente a las balas se dobla en vez de romperse, lo que impide que los fragmentos puedan causar daños a las personas. Sobre las ventajas del vidrio laminado, señala sus propiedades antirrobo, «porque cuesta muchísimo romper». «El 95% de los escaparates llevan laminado 5+5 o 6+6. Además, se fabrican específicos contra el ruido y también en varios tonos», añade. El coste del metro cuadrado depende de las dimensiones del vidrio y de los empleados que tengan que participar en la instalación. «Normalmente estos escaparates son grandes —dice Arenal—. Cuando el cliente dispone de capacidad económica lo pone de una pieza. Si no la tiene, optará por dos o tres piezas. Al ser más manejable no se precisa camión ni muchos operarios y el precio disminuye. La media es de 90 euros el metro cuadrado en el laminado 5+5 y 110 en el laminado 6+6».