Jesús Navas y los consejos del abuelo
Jesús Navas repite una y otra vez que para él estar con la selección es «algo único». Con 38 años, cumple 39 en noviembre, sigue disfrutando de las llamadas de Luis de la Fuente como si fuera el primer día. Como si no fuera el único jugador que ha ganado todas las competiciones de selecciones que se pueden ganar. Fue campeón del mundo en 2010, de Europa en 2012 y de la Liga de Naciones en 2023.
Él disfruta cada día que se pone una camiseta con el escudo de la selección y la estrella de campeón del mundo. Y transmite esa ilusión a los más jóvenes. «Ellos me preguntan, saben de mi trayectoria, de todo lo que llevo en el fútbol y sobre todo me preguntan por las ganas que tengo en cada partido, en cada entrenamiento, yo creo que eso es importante para ellos, que cada entrenamiento es una oportunidad de disfrutar y de darlo todo por la selección», explica.
Su estreno en una gran competición fue en Mundial de Sudáfrica y sus compañeros, unos niños en aquel momento, le preguntan cómo fue aquello. «Sobre todo en la Liga de Naciones. Antes de la final Dani Olmo y varios me preguntaban cómo fue ese momento, fue increíble el Mundial, el gol, cómo lo celebramos, estábamos con los vellos de punta todos ahí. Y eso fue una energía para afrontar la final luego», reconoce.
Aquella jugada del gol de Iniesta comenzó en los pies de Jesús. «Estar ahí en el campo es increíble, estar en la jugada, todo, había una unión increíble y estar dentro del campo en una final de un Mundial es algo único», recuerda.
Navas convive en la selección con futbolistas que casi tienen edad para ser sus hijos, como Lamine Yamal. O como Cubarsí, que estuvo en la concentración previa y fue uno de los tres descartes. «Intento ayudarles al máximo, dándoles consejos de que disfruten, de que vayan a por todas, es algo único estar aquí y eso es lo que hay que hacer cada vez que se sale al campo», les dice.
Lamine y Nico Williams suman entre los dos los mismos años que tiene Navas y ocupan el terreno que ocupaba él hace 14 años. Pero la selección ha evolucionado. Navas solía salir del partido para acelerar los partidos que se le atascaban a España. Del Bosque lo utilizaba para desequilibrar y hacer el juego del equipo menos previsible. Yamal y el pequeño de los Williams, sin embargo, son parte fundamental del juego de España. «Nosotros tenemos jugadores con esa virtud, que son de encarar, de ir al uno contra uno, de velocidad. Es un fútbol que a mí me gusta porque he jugado en esa posición y eso te da muchas cosas», reconoce el veterano. «Son jóvenes, lo viven todo al máximo y nos ven a nosotros como ejemplos. Cómo trabajamos y ellos lo dan todo y trabajan al máximo», añade.
«He jugado en esa posición y sé lo que es, lo bonito que es, cómo se disfruta y él tiene unas cualidades para disfrutar mucho, porque es de encarar, de irse del rival, es un fútbol único lo que tiene y a nosotros nos va a venir muy bien», dice de Lamine Yamal.
Jesús es la única conexión que queda con el equipo que ganó dos Eurocopas y un Mundial, pero ese no es el único motivo de la llamada del seleccionador. De la Fuente lo conoce desde que era un niño, desde que comenzaba a entrenar en las categorías inferiores del Sevilla. «Puede aportar todo. Es uno de los capitanes, un ejemplo, parte de la historia del fútbol. Además de todo el talento que tiene, siempre ha estado a la altura, nunca falla. Hay futbolistas que nacen para competir y Jesús es uno de ellos. Cuando se pone la camiseta de la selección se transforma y parece un futbolista nacido para ser jugador internacional. Jesús no falla nunca y estamos encantados por el momento en que se encuentra y por la ilusión que tiene», explicaba Luis de la Fuente el día en que anunció la convocatoria para la Eurocopa.
Navas no jugó contra Croacia en el debut, pero eso no le impide mantener la ilusión. «Para mí es increíble poder estar aquí con mi edad y con las ganas que tengo, poder disfrutar de la Eurocopa», asegura. «Tengo ganas de seguir disfrutando de lo que me gusta y de concienciarme del trabajo, del sacrificio y de darlo todo en cada entrenamiento, en cada partido. Cada momento ahora lo vivo más porque queda menos», reconoce. No es sólo la edad, esta temporada una lesión de cadera le ha hecho perderse varios partidos. «Tengo que convivir con ello», asume.
«Disfruto de cada entrenamiento, de cada partido porque sé que puede ser el último y es por lo que voy a disfrutar y a darlo todo aquí», asegura.