Una reciente investigación médica reveló cómo impacta en la salud de una persona, vivir cerca de un bar y cerca de un gimnasio. Este descubrimiento explora cómo estas ubicaciones pueden influir en la vida de las personas.
Conocé cómo los lugares que te rodean, como bares o gimnasios, pueden traer consecuencias en la salud de tu corazón, según lo que explica un estudio publicado por el sitio web Vitonica.
¿Cómo influye en la salud vivir cerca de un bar y de un gimnasio?
La investigación médica también examinó cómo el lugar donde vivimos influye en nuestra salud cardiovascular. Vivir cerca de parques y áreas verdes motiva a las personas a salir a correr o caminar.
En contraste, la proximidad a bares y restaurantes de comida rápida puede fomentar el consumo de alcohol y alimentos poco saludables, factores que pueden afectar negativamente la salud del corazón.
Los residentes que viven en áreas con alta concentración de bares tienen más probabilidades de consumir alcohol en exceso, lo cual puede ser perjudicial para el corazón. (Foto: Freepik)
El estudio, realizado por investigadores del Biobanco del Reino Unido, analizó a medio millón de adultos para explorar cómo la presencia de locales como bares podría afectar la salud cardiovascular.
Los resultados indicaron que vivir a menos de un kilómetro de estos establecimientos se asociaba con un aumento significativo en el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca.
Estos hallazgos subrayan la importancia de diseñar entornos urbanos que promuevan un acceso fácil a lugares para la actividad física como gimnasios, al mismo tiempo que limitan la densidad de establecimientos que venden alcohol y comida rápida.
Esto podría generar una reducción de la obesidad y la mejora de la salud cardiovascular.
Para mejorar la salud cardiovascular se deben abrir más gimnasios en zonas céntricas. (Foto: Freepik)
Mejorar la salud cardiovascular implica adoptar una serie de hábitos y prácticas que beneficien el funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos.
Alimentación saludable: comer muchas frutas, verduras y granos enteros. Elegir proteínas magras y grasas saludables como las del aceite de oliva. Reducir grasas saturadas, sal y azúcares añadidos.
Control del peso: mantener un peso saludable con una dieta equilibrada y haciendo ejercicio regularmente.
Actividad física regular: hacer ejercicio aeróbico como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta al menos 150 minutos por semana. Hacer ejercicios de fuerza muscular dos días por semana.
Dejar de fumar: evitar el tabaco activo y pasivo para mejorar la salud del corazón y los pulmones.
Reducir el estrés: gestionar el estrés con técnicas como la meditación, el yoga o la respiración profunda para beneficiar la salud cardiovascular.
Dormir lo suficiente: mantener un horario regular de sueño y asegurar de 7 a 9 horas por noche para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
