En un duelo marcado por la ausencia de Kylian Mbappé, que aún se siente incómodo con la máscara y tampoco es cuestión de arriesgar a estas alturas de la Eurocopa , Francia y Países Bajos firmaron el primer empate a nada del torneo . Curiosidad o no, el caso es que sin el astro de Bondy, que según 'L'Equipe reclama 100 millones de euros al PSG, no hay paraíso. Y pudo ser incluso peor para Les 'Bleus' si no se le hubiese anulado un gol a Xavi Simons por un fuera de juego posicional de Dumfries, que supuestamente molestó al portero. Una disputa equilibrada que fue de más a menos y en la que Griezmann no marcó la diferencia y desaprovechó las opciones más claras de los galos . Con este punto, las dos selecciones se jugarán el primer puesto en la última jornada, en la que Francia se mide a una Polonia ya eliminada y la 'Oranje' a Austria. El tan esperado partido entre una gran favorita que no enamora y un 'outsider' al que le faltan cracks, estuvo bastante por debajo del ambientazo en Leipzig , tanto en el estadio como en las céntricas calles transformadas en ríos por los que fluía el agua teñida de naranja. Una marea en esta ciudad refrescante y polifacética, cuna de la música clásica y famosa también por la Revolución Pacífica de 1989 que facilitó la transición a una democracia parlamentaria preludio de la reunificación alemana. Confirmado que Mbappé no estaba preparado para una larga y exigente batalla , Deschamps sacó a relucir su tendencia conservadora. En lugar de reemplazar al astro de Bondy por otro delantero, ya fuera Giroud o Kolo Muani, resulta que reclutó a Tchouaméni , ausente por lesión de la semifinal de Champions del Real Madrid ante el Bayern. El merengue se ubicó junto a Kanté en el eje de un centro del campo puro músculo, Rabiot se escoró a la izquierda, Griezmann adelantó su demarcación y Marcus Thuram jugó de ariete. También Koeman tenía preparada una sorpresa en la 'Oranje'. Jugó al final con cuatro en el fondo, no tres centrales, y apostó por la velocidad de Frimpong. Con esas trazas, el caso es que el choque comenzó fuerte, sorprendentemente descosido. En el primer minuto, Frimpong superó en carrera a Theo Hernández, lo que ya tiene mérito, pero el portero Maignan evitó el gol con una gran parada. Poco después, Griezmann probó con la zurda desde fuera del área, pero Verbruggen supo leer su intención. Mucho más activo que ante Austria el jugador colchonero, el capitán encargado de asumir más responsabilidad sin el jefe Kylian. Por algo suma 131 internacionalidades y 44 goles, además de ser titular en seis grandes torneos consecutivos. Volvió a enseñar los dientes enseguida el Principito, pero primero se le quedó el balón atrás tras una acción de Rabiot que debió haber culminado el propio juventino y luego su disparo con la zurda pasó cerca del poste. Ejercía de líder, ordenando a sus compañeros presionar más alto y tirando del equipo, pero no era trascendente. Y eso que Deschamps no se cansa de repetir que «no hay jugadores irremplazables, pero Antoine es imprescindible». En este ida y vuelta desordenado pero vistoso, apareció en escena Gapko , el mejor de los neerlandeses ante Polonia. Amagó a Koundé, trazó la diagonal y probó a Maignan, de nuevo acertadísimo. Al filo de la media hora, el propio defensor del Barça vio el desmarque de Thuram, que arrancó habilitado por De Vrij pero se llenó de balón ante el portero. A partir de ahí, el duelo decayó, sin apenas noticias hasta el descanso más allá de los vasos con agua que le lanzaron a Griezmann al sacar de esquina. Tras la reanudación, Deschamps se desesperaba al ver a Dembélé perdiendo balones y regalando faltas peligrosas , como la que estrelló Memphis contra la barrera. Muy mal partido del extremo del PSG, otro de los llamados a marcar diferencias. Francia dominaba cada vez más, pero movía el balón con lentitud y Mbappé ni calentaba. Un disparo lejano de Thuram y un cabezazo alto de Tchouaméni en acción de estrategia preludiaron una acción clave en la que Griezmann no acertó ante Verbruggen cuando el gol se cantaba. Algo tenía que hacer Koeman para cambiar la dinámica, aunque el triple cambio se produjo después del gol anulado a Xavi Simons con gran suspense en la revisión. Ni siquiera el viejo Giroud y el revulsivo Weghorst pudieron romper el cerocerismo.