La tercera mascletà del concurso oficial de Luceros, a cargo de la pirotecnia valenciana Turis, la cuarta si se cuenta el disparo de exhibición que sirvió para poco más que recuperar el aroma a pólvora en el entorno de la fuente de Bañuls, arrancó aplausos de los menos exigentes, gracias a efectos socorridos que gustan como los tramos digitales y el humo blanquiazul, mientras causó indiferencia a los más críticos, que no son pocos, a los que buscan espectáculos completos y, sobre todo, finales que no se olviden tras los avisos de cola.