El templo del Buen Aire… acondicionado
Lo primero que se ve cuando se entra al local en la planta baja de la calle Virgen de Fátima que sirve de templo de la parroquia erigida en 1966 es un despacho con puerta de cristal sobre el que un rótulo señala su función: confesionario . Y el último banco de la fila está reservado para los penitentes, lo que da idea del trasiego para recibir el sacramento del perdón. El propio párroco estuvo confesando hasta el último minuto antes de revestirse para la misa y volvió a sentarse nada más despojarse de las vestiduras litúrgicas. Así como a otros les acompaña la fama de buenos predicadores, al padre Borja le acompaña la de buen confesor . El Espíritu...
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