Es más que probable que, si le preguntan, Andrés Calamaro no recuerde gran cosa de los días de furia creativa y excesos al por mayor de 'Honestidad Brutal'. Demasiadas drogas, Demasiado de casi todo. «Recuerdo chispazos, pero hubo testigos; hay tres o cuatro personas que quizá podrían reconstruir aquel viaje exagerado, divertido, dramático y musical», explicaba hace poco, años después, cara a cara de nuevo con «el 'Apocalipsis Now' de las grabaciones de rock». Un disco descarnado y salvaje en el que se dejó la salud y casi la vida. También, claro, lo mejor de su producción. «Fueron nueve meses como trompos, un temerario 'modo Martin Sheen against all odds'. Dos o tres de nosotros sobrevivimos y no sabemos cómo,...
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