Acabo de llegar de Burdeos. Comprobé que el ascenso del partido RN no es algo episódico. No tiene sesgo, ni de clase social, ni territorial, ni género. Está por igual implantado en la clase obrera y los empresarios. Vota igual número de hombres que mujeres. Votan en centro urbano y donde están las viviendas sociales. Jóvenes y mayores, judíos y magrebíes, universitarios y trabajadores sin cualificar, en el norte y en el midi. Es evidente que la política de demonizar y aislar al partido que heredó a los colaboracionistas y agrupó a la extrema derecha desde los años 60 ha fracasado. Se impone por tanto cambiar las formas y los discursos para combatir a este populismo derechista. Los populistas de...
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