En un futuro, que ya es presente, el desarrollo económico de cualquier país dependerá, en buena medida, de su desempeño en materia de algoritmos. Guste o no, la inteligencia artificial ha llegado para quedarse y si hoy su potencial transformador está afectando a todo tipo de negocios, en el medio-largo plazo esta tecnología se consolidará como uno de los vectores de crecimiento por excelencia. Estados Unidos y China se han enzarzado en una batalla sin cuartel por el dominio del mercado, mientras que Europa, con unos esfuerzos muy focalizados en el aspecto regulatorio, ha quedado desbancada en la creación de estos sistemas, lo que amenaza su competitividad. Si bien es cierto que los orígenes de la inteligencia artificial se remontan...
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