La diversidad que Málaga experimenta entre el mar y la montaña también se deja notar en la mesa. La gastronomía internacional, que cada vez reivindica más el valor de lo local , destaca la importancia de algunos productos made in Málaga que han alcanzado un alto grado de popularidad en el plano internacional. Muchos pensarán en los espetos de sardinas cuando se habla de gastronomía malagueña. Sin embargo, la variedad de productos que ofrece Málaga y las recetas tradicionales transmitidas de generación en generación ha permitido abrir un abanico de posibilidades que van más allá de los productos del mar. Las nuevas técnicas culinarias dan una importancia muy alta al origen de la materia prima. En este sentido, lo local han ganado un peso fundamental en la cocina . A continuación, descubrirás los productos que son made in Málaga y que hoy son valorados en todo el mundo. El proceso de producción de las uvas pasas de Málaga fue el primero de Europa en recibir el reconocimiento de Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial ( SIPAM ). Ello se debe a la excepcionalidad de su cultivo, cuya vendimia es completamente manual debido a que la orografía abrupta impide la mecanización del proceso. Este producto típico de Málaga nace en el corazón de la Axarquía. La uva moscatel de Alejandría es el elemento central de pueblos como El Borge, Almáchar o Moclinejo , ya que en torno a ella se forjan estilos de vida propios que dan lugar a expresiones culturales únicas. La aceituna aloreña es uno de los productos estrella de Málaga. Se trata de la primera aceituna de España en obtener la denominación de origen protegida . Gracias al arraigo de su cultivo en la zona montañosa de la provincia malagueña, esta aceituna es única y diferente en todo el mundo. Además, mantiene numerosas diferencias genéticas con otras variedades de aceituna, lo que hace que este producto de Málaga sea tan valorado. Dentro de las aceitunas aloreñas existen otros tipos que poseen diferentes propiedades organolépticas en función del tiempo de fermentación de las mismas. Así, las aceitunas aloreñas verdes frescas son aquellas que se envasa a los pocos días de su recolección. Por su parte, las curadas deben llevar a cabo la fermentación durante unos 90 días, aproximadamente. En el término medio se sitúa la aceituna tradicional , que tan solo necesita entre 20 y 30 días para fermentar. España es uno de los principales productores de aguacate de Europa y Málaga es una de las zonas productoras más importantes junto a Granada y las Islas Canarias. El clima de la Axarquía malagueña, así como la calidad de sus tierras, ha permitido que las frutas tropicales como el aguacate o el mango arraiguen con fuerza. Aunque se trata de un producto con un peso indiscutible en la cocina la América central y sur, el aguacate ha logrado hacerse un hueco en la gastronomía de todo el mundo por su versatilidad. El hecho de que este producto se cultive en Málaga también ha ayudado a su difusión por Europa. Como su propio nombre indica, esta miel no procede de los panales de abejas, sino de las cañas de azúcar procedentes del sudeste asiático. Estas plantas, una vez recolectadas, se someten a un proceso de producción que data del siglo XVII y que mantiene en pie la última fábrica tradicional que queda en Europa de este producto. La miel de caña es un producto made in Málaga muy valorada en la cocina tanto española como internacional. Su textura melosa y su sabor dulce la convierten en un edulcorante natural muy importante, además de un ingrediente útil y versátil en la repostería y la cocina. Desde el primer tercio del siglo XIX, en Ojén se aprovecha la importancia de la uva moscatel para destilar el vino y convertirlo en aguardiente de categoría superior. La producción de este licor ha vivido momentos de idas y venidas, cambios de propietarios y tiempos en los que la destilería se cerró por completo durante varias décadas. Desde sus orígenes, el éxito de esta bebida que toma prestado el nombre de su municipio fue tan grande que, al instante, salieron numerosos competidores en toda España. De hecho, el pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso incluyó una botella de aguardiente de Ojén en uno de sus bodegones . Cuenta la leyenda que la receta original se la llevó a la tumba Pedro Morales , maestro que inició la producción de aguardiente en Ojén en 1830. Sin embargo, en 1961, tras casi medio siglo sin actividad, aparece Juan Espada, un vecino del municipio que aseguró conocer la fórmula secreta del aguardiente. Según él, Morales le confió la receta a su padre en el lecho de muerte. Aunque consiguió sacar un producto muy similar al aguardiente original, no tuvo el mismo éxito. La tradición vinícola de Málaga está renaciendo en las últimas décadas. Además, la producción se ha dividido en cinco grandes áreas en las que poder hallar una amplia variedad de caldos. A pesar de la importancia de la uva moscatel y sus derivados, se han implantado otras variedades de uva que dan lugar a vinos tintos con un carácter muy personal. Este producto de Málaga cada vez cuenta con más adeptos y gana terreno entre los paladares más exquisitos. En este sentido, numerosos chefs ya han incorporado en sus cartas vinos nacidos en Málaga para maridar con sus platos . Puede que el ajoblanco sea uno de los platos tradicionales más conocidos de Málaga . Su sencilla elaboración a base de agua, pan, almendras, ajo, aceite, vinagre y sal hace de esta receta tradicional un auténtico manjar que admite numerosas variaciones y adaptaciones. Esta sopa fría ha encontrado un filón en las cocinas de chefs tan reputados como Dani García, Pablo San Román o Alberto Chicote. Todos ellos han trabajado sobre la base del ajoblanco malagueño, llevando a cabo una cocina fusión muy cotizada en la gastronomía internacional .
