'Esther y su mundo', la mítica serie de Purita Campos, llega a su fin con 'La boda'

Con medio siglo a sus espaldas, Esther Lucas es uno de los personajes más importantes y queridos de la historia del cómic español. La mítica creación de Purita Campos y el guionista Philip Douglas encandiló a las adolescentes de los setenta y los ochenta, pero no había tenido hasta ahora un final a la altura de su leyenda . Carlos Portela , encargado de poner punto y final a la saga junto a Aneke para la editorial Dolmen, habla incluso de 'maldición' : «Cada vez que se ha intentado cerrar la serie de forma planificada -hablo también de las aventuras clásicas-, ésta se visto ha sacudida por algún imprevisto . Y ha sucedido igual con 'Las nuevas aventuras'. A pesar de su éxito, la editorial cerró. Después, Purita enfermó e hicimos las novelas y, por desgracia, antes de hacer la última, tanto ella como nuestra editora fallecieron y a mí, sinceramente, se me quitaron las ganas de seguir». Portela hace referencia a las cuatro vidas de Esther . La primera, su nacimiento en 1971 en el mercado anglosajón de la mano de Douglas y Campos, que empezó llamándose 'Patty's World' y que aterrizó en España en 1974 de la mano de la editorial Bruguera en la revista 'Lily', que llegó a distribuir cerca de 400.000 ejemplares semanales. La adolescente pecosa con problemas de autoestima y looks de aire londinense cayó en el olvido de las editoriales tras el cierre de Bruguera, pero no de sus fans. «Antes de que se reeditase el material original, gracias a ellas pude leer la serie completa e intentar desentrañar sus claves para poder ponerme a escribir 'Las nuevas aventuras'. Además, tienen una relación especial con los personajes que no se da con otros personajes del mundo del cómic. Las fans de Esther la ven más como a una amiga e, incluso a veces, se ven reflejadas en ella. Es más que un personaje de ficción», explica. Con el nuevo siglo, la editorial gala Glénat comenzó a recopilar el material original y restaurarlo y sus fans consiguieron que se publicara tal y como se había concebido originariamente. No obstante, surgieron una serie de problemas que hicieron que esa edición de las historietas se prolongara en el tiempo y Glénat recurrió a Portela para elaborar junto a Campos nuevas historias mientras se culminaban las clásicas. Pero optaron por traer a una Esther entre los cuarenta y los cincuenta , similar a la edad contemporánea de sus seguidoras. Así surgieron tres volúmenes de 'Las nuevas aventuras', pero la editorial, que fue adquirida por EDT, cerró. «Fue precisamente en esos años cuando, desde Espasa, nos contactó Belén Bermejo para plantearnos la posibilidad de hacer una novela de Esther . Sí, la que luego sería 'Esther cumple cuarenta' , que alcanzó las cinco ediciones, a la que siguió 'La elección de Esther' . El plan era culminar la etapa con una última novela, pero la muerte de Campos primero y de Bermejo después lo hicieron saltar por los aires. Dolmen tomó entonces el relevo para recuperar el resto de la serie clásica y también contactó con Portela para terminar 'Las nuevas aventuras'. El guionista no estaba por la labor al principio, pero finalmente accedió por Campos y por sus fans y ahora la editorial publica 'La boda' , el punto y final de 'Esther y su mundo', que coincide con el 50 aniversario de la aparición de sus historietas en nuestro país. La encargada de recoger el testigo de Purita campos ha sido Aneke (Ana Murillo), que ha trabajado para DC y Marvel y que tuvo muy claro desde el principio que su interpretación artística tenía que respetar su legado . «Me aferré a la idea de continuar sobre todo con la estela de la Esther adulta. En los últimos trabajos de Purita, se puede ver cómo su estilo es mucho más suelto, utiliza varias técnicas sobre el papel, quizá más pictóricas y puedes observar cómo evoluciona página tras página; me interesaba esa faceta mucho más que seguir con el estilismo exacto de Esther adolescente, más propio de su tiempo. Entendí que lo más importante era mantener la esencia del personaje, que fuera reconocible, ya que una no puede convertirse en una mera 'forger' o falsificadora del trabajo de otra; era importante para mí dejar claro que yo no era Purita ni pretendía serlo , pero que sí podría ayudar a terminar una historia tan querida y darle todo el cariño que se merece de una manera profesional». Aneke reconoce que, a pesar de leer varias de las historietas cuando era más joven, no empatizaba del todo con el personaje, y que el género romántico le causaba rechazo . «Con el paso del tiempo y habiendo leído más, reconozco que había ciertos prejuicios en mi argumentario ya que el personaje de Esther era más libre de lo que puede parecer en primera instancia. Y mucho más rico de lo que yo había pensado», confiesa. Es más, la dibujante trabajó en el final de la serie mientras en su vida se sucedían los cambios, por lo que Esther le ha acompañado en el proceso: «He entendido bastante bien sus conflictos y neuras . Sobre todo me ha dado un cambio de perspectiva profesional, que nunca viene mal, y me ha enriquecido en el ámbito artístico notablemente. También he conectado con el mundo fascinante de lectoras y lectores de 'Esther y su mundo', que son maravillosas y hacen que haya merecido la pena aún más embarcarme en este proyecto tan diferente pero tan bonito», asevera. La saga de Esther Lucas ha trascendido generaciones y formatos , desde sus inicios en el mercado anglosajón hasta sus últimas novelas y la reciente culminación con 'La boda'. «Es el personaje femenino más popular que ha dado nuestra historieta y dudo que haya otro igual. Es como Mortadelo , único. Y creo que a Purita y a Ibáñez se les debió reconocer en vida mucho más su contribución a la cultura española, porque su impacto ha sido enorme. Estoy convencido de que se seguirán leyendo sus aventuras durante muchos años porque Esther, no va sobre nada y va sobre todo, va sobre la vida . Y por mucho que las modas y los tipos de relaciones o de familias cambien, los sentimientos , que es de lo que en realidad trata la serie, siguen siendo los mismos», concluye Portela.